Hasta hace algunos pocos meses, todas las noticias vinculadas a Raphinha incluían la idea de ser transferido en este mercado de verano: originalmente mencionaban que el brasileño no había logrado adaptarse al Barcelona y no habría manera de revertirlo; y en el último semestre, cuando subió su nivel, era la llave para que el club solucione una parte de sus problemas económicos con una venta que le permita recuperar la inversión realizada en el 2022.
¿Qué sucedió en el medio? Dos personas: Hansi Flick y el propio Raphinha. El entrenador alemán vio que el futbolista tenía potencial para ser parte del once inicial y, a la vez, él se convenció de su valor para la plantilla, que incluso lo eligió como uno de los capitanes y su historia es absolutamente opuesta, consolidado en el único equipo con puntaje ideal en el arranque de LaLiga 2024-25.
Pero no fue nada fácil llegar a esta actualidad y el atacante no se escondió a la hora de hablar de problemas de depresión y todo lo que le ocurre a los futbolistas cuando no logran encajar.