Afortunadamente, no se lanzaron cervezas. Pero hubo abucheos. Muchos. Y Kevin De Bruyne no lo estaba entendiendo. Cuando sus compañeros de equipo de Bélgica fueron a saludar a la mayoría de sus compatriotas congregados en el MHPArena de Stuttgart, De Bruyne se mostró disgustado por la desaprobación de los hinchas tras el empate con Ucrania que acababa de asegurar la clasificación para los octavos de final de la Euro 2024.
Así que De Bruyne les indicó a sus compañeros de equipo que dieran la espalda a los aficionados y regresaran al vestuario. Fue un movimiento audaz del capitán, que no es ajeno a la polémica cuando se trata del equipo nacional.
De hecho, con Francia ahora interponiéndose en el camino de los últimos miembros restantes de la 'Generación Dorada' de Bélgica, hay un riesgo muy real de que la carrera de De Bruyne con su país termine en más amargura y abucheos.