Carlo Ancelotti rechazó a Brasil para reinventar al Real Madrid

Fue en marzo de 2023 cuando surgió por primera vez el interés de Brasil por contratar a Ancelotti. Era sincero y tenía mucho sentido. No habían podido conseguir un sustituto para Tite a pesar de saber que se marcharía antes del Mundial de 2022, y su deseo de traer a Ancelotti creció a lo largo del año pasado después de una serie de malos resultados, incluyendo la primera derrota de su historia en la clasificación para un Mundial jugando en casa (vs. Argentina, 0-1).

El ex técnico del Chelsea había prometido que el puesto en el Madrid sería el último en el fútbol de clubes y antes había mostrado un vago interés en la gestión internacional. También tenía sentido desde una perspectiva futbolística, ya que Ancelotti tiene relaciones con varios jugadores veteranos de Brasil.

Si a esto le sumamos que Brasil siempre será juzgado por su desempeño en los torneos de eliminación directa (algo en lo que Ancelotti es nada menos que un genio), la Selecao, en teoría, había encontrado al hombre adecuado. Para Ancelotti también parecía el siguiente paso lógico.

Ha completado el fútbol de clubes, ganando todo lo que hay que ganar. Habiendo revitalizado al Real Madrid, realmente no le quedaban más mundos que conquistar aparte de probarse a sí mismo en la escena internacional. Brasil era el escenario ideal.

Se suponía que el trabajo de Ancelotti sería más fácil este verano con la presunta llegada de Mbappé. Incluso cuando Benzema se marchó repentinamente a la Saudi Pro League, se dio por hecho que su lugar en la delantera lo ocuparía su compatriota francés. Un delantero de élite fuera, uno aún mejor dentro. Pero no funcionó así, ya que el futuro de Mbappé se convirtió en un culebrón sin final.

El Madrid, aún dolido por el infame cambio de sentido de Mbappé en 2022, se negó a entablar negociaciones a pesar de la decisión del capitán francés de no extender su contrato en el Parque de los Príncipes, lo que dejó a Mbappé rechazando a otros posibles pretendientes antes de reconciliarse con los campeones franceses.

Lo que quizás fue aún más sorprendente, sin embargo, fue que el Madrid no se movió por ningún otro atacante de élite en el mercado de fichajes. Sin otro número 9 reconocido en su plantilla tras la marcha de Benzema, los blancos claramente tenían una necesidad en ataque, pero optaron por no apostar por jugadores como Victor Osimhen o Randal Kolo Muani. En su lugar, optaron por traer al veterano español Joselu cedido por el Espanyol recientemente descendido.

Se intensificaron los informes que afirmaban que Ancelotti estaba listo para dirigir el último año de su contrato antes de irse. Se sentía que lo habían decepcionado en el mercado de fichajes y que después de perder el título de Liga ante el Barcelona la campaña anterior, había llegado el momento de seguir adelante y permitir que alguien nuevo supervisara los inminentes años de transición del club.

Sin embargo, esos informes de que Ancelotti podría estar desanimado eran equivocado. Comenzó la temporada considerándola un desafío, viendo al equipo bastante desequilibrado, como un rompecabezas que sólo él podía resolver. Su formación preferida, 4-3-3, sería casi imposible de desplegar sin un número 9 puro.

Además, tenía una especie de estancamiento en el mediocampo, con el recién llegado Jude Bellingham uniéndose a Modric, Kroos, Federico Valverde, Aurelien Tchouameni y Eduardo Camavinga en una lista de opciones en la que todos los jugadores entrarían en cualquier otro equipo europeo de primer nivel.

Se le ocurrió lo que parecía una solución sencilla: jugar con más centrocampistas. Bellingham se desplegó más arriba en el campo, jugando detrás de dos extremos, Vinicius Jr y Rodrygo, que se habían convertido en dos delanteros. Nominalmente, el Madrid jugaría con un sistema 4-4-2 en forma de diamante, pero en la práctica se ha convertido en algo cambiante y fluido.

Defienden con un 4-4-2 más tradicional, mientras que contra bloques bajos se parece más a un 4-2-2-2 con un mediocampo cuadrado. Y no fueron sólo Bellingham y los delanteros brasileños los que se vieron obligados a adaptarse. Valverde, que había pasado sus dos últimas temporadas en el costado derecho, se desplegó en algo parecido a un doble pivote, encargado de hacer mucho trabajo de limpieza y realizar carreras desde lo profundo.

Lo que parecía un equipo talentoso pero desequilibrado pronto se transformó en una unidad imponente, casi imparable, con el favorito al Balón de Oro, Bellingham, como punta de lanza.

Ancelotti ha sido aclamado durante mucho tiempo por ser un entrenador que mantiene una fuerte cultura de vestuario, un gestor, pero no hay duda de que su brillantez táctica es lo que ha llevado al Madrid a este punto de la temporada.

Eso no quiere decir que todo haya ido sobre ruedas para el Madrid esta temporada. Hasta 2023-24, los blancos se habían mantenido relativamente libres de lesiones durante el mandato de Ancelotti. Puede que Benzema haya tenido problemas con varios golpes durante su última temporada en el club, pero el técnico siempre se había beneficiado de la valiosa profundidad en la columna vertebral de su equipo.

El central y el portero, en particular, fueron puntos fuertes. Eso cambió en el lapso de seis días en agosto. Thibaut Courtois fue el primero en caer, rompiéndose el ligamento anterior cruzado en un entrenamiento mientras se sometía a un ejercicio bastante rutinario en vísperas de la campaña. Eder Militao fue el siguiente, al lesionarse la rodilla en el primer partido de temporada de los blancos ante el Athletic Club. Una dupla clave quedó inmediatamente descartada para la temporada.

El Madrid, por supuesto, tenía cierta profundidad en defensa, con Antonio Rudiger y David Alaba capaces de jugar, al menos hasta que éste último sufrió su grave lesión de rodilla en diciembre. Pero Courtois era, efectivamente, insustituible. Ya sea el mejor portero del mundo o muy cerca de él, sus esfuerzos entre los palos han sido vitales en innumerables victorias en las últimas dos temporadas.

Llegó un reemplazo con Kepa Arrizabalaga, cedido al Chelsea, pero la llegada del español fue desconcertante, especialmente dadas sus inconsistencias durante su estadía en Stamford Bridge. Y si bien ha habido algunos problemas que solucionar, las cosas difícilmente podrían haber ido mejor dados los problemas que ha enfrentado el Madrid en la zaga.

Kepa y Andriy Lunin han mantenido los errores al mínimo mientras luchan por la camiseta número 1, mientras que Rudiger, en particular, ha dado un paso adelante en el corazón de la última línea. Sus esfuerzos han significado que el Madrid haya concedido sólo 11 goles en 19 partidos de La Liga, lo que le otorga el segundo mejor récord defensivo de cualquier equipo en las ligas de los 'Cinco Grandes' de Europa. Problema potencial anulado.

El 24 de septiembre, los blancos cayeron en el derbi madrileño. Bellingham se mantuvo en silencio por primera vez desde su llegada procedente del Borussia Dortmund, y varios errores defensivos y la falta de puntería frente a la portería rival hicieron que el equipo de Ancelotti fuera derrotado 3-1 por el Atlético.

No era más de lo que merecían. "No empezamos bien ni defendimos bien", dijo Ancelotti. "Cuando iban 2-0 arriba, hicieron el partido que querían. El Atleti lo hizo mejor que nosotros en este sentido... Cuando el equipo no hace lo que tiene que hacer, es mi responsabilidad. Yo lo asumo, es mi responsabilidad, mi culpa".

Si Ancelotti sintió que necesitaba mejorar su juego, los resultados posteriores sugieren que eso es precisamente lo que ha hecho. Una semana después, el Madrid derrotó al Girona, aspirante sorpresa al título, por 3-0. Siguieron con una victoria por 3-2 en el estadio Diego Maradona contra el Napoli, completada con un gol maravilloso de Bellingham.

Luego vino el partido grande. El Madrid era claro favorito antes del primer Clásico de la temporada en octubre, mientras el Barcelona lidiaba con lesiones de jugadores como Frenkie de Jong, Pedri y Robert Lewandowski. Aún así, el Barça fue mejor durante 45 minutos. Merecieron su ventaja de 1-0 en el descanso y, si Ferran Torres hubiera sido más preciso de cara a la portería, podrían haberse adelantado por dos o tres. El Madrid apenas la olió.

Pero tras el descanso, Bellingham volvió a la vida. Marcó dos goles en 25 minutos, el primero con un disparo desde 30 metros para igualar, y siguió con un hábil movimiento para ganar su primer Clásico en el tiempo de descuento. A pesar de haber sido superado en la primera mitad, la confianza que Ancelotti ha infundido en Bellingham y otros jugadores permitió al centrocampista inglés llevar al equipo a la victoria en la segunda mitad.

Ha habido algunos pinchazos desde entonces, incluidos un par de empates en La Liga, pero la actual racha invicta del Madrid se extiende a 21 partidos y se prepara para regresar al Metripolitano para enfrentar al Atlético en los octavos de final de la Copa del Rey. Derrotar al equipo de Diego Simeone, y la creencia de que una temporada llena de títulos está en el horizonte sólo crecerá después de que el primer trofeo de la campaña se consiguiera el domingo en las circunstancias más deseadas.

El Madrid necesitó sólo 12 minutos para abrir una ventaja de dos goles contra el Barça en la final de la Supercopa, y nunca perdió el control a partir de ahí. Ancelotti afirmó que el resultado 4-1 quizás fue injusto para el Barça, pero es difícil ver de dónde sacó esa conclusión.

El Real Madrid nunca ha ganado el triplete, pero existe una posibilidad real de que incluso se pueda lograr un 'cuadruplete' esta temporada. Con la Supercopa asegurada, el equipo de Ancelotti es el favorito para ganar La Liga a pesar de que actualmente ocupa el segundo lugar con un punto de desventaja frente al Girona y con un partido menos.

Vencer al Atlético para continuar su carrera en la Copa del Rey no será fácil, como tampoco lo será afrontar el desafío de la Liga de Campeones mientras se preparan para enfrentarse al RB Leipzig en los octavos de final el próximo mes, pero con el futuro de Ancelotti ahora seguro, hay un tema menos de distracción.

Quizás lo más emocionante sea el hecho de que esto es sólo el comienzo de una nueva era en el Bernabéu. Este verano, el prodigio brasileño Endrick, considerado el mejor talento surgido en el país desde Neymar, llegará procedente del Palmeiras con un acuerdo ya acordado de 60 millones de euros. Y aunque es prudente no asumir nada cuando se trata del futuro de Mbappé, parece inevitable que eventualmente también se una a Los Blancos al final de la campaña.

También se habla de que Alphonso Davies rechazará un nuevo contrato con el Bayern de Múnich porque tiene el ojo puesto en convertirse en el posible lateral izquierdo titular del Madrid, y de repente un equipo que estaba envejeciendo preocupantemente a un ritmo rápido podría ser a la vez tremendamente talentoso y bastante joven.

Modric parece dispuesto a marcharse este verano, mientras que Kroos también podría encaminar su salida. Pero eso todavía dejaría a Ancelotti con cuatro mediocampistas de talla mundial, un cuerpo de ataque reconstruido y un lateral de élite para unirse a una fuerte unidad defensiva que sólo mejorará con el regreso de sus mejores jugadores.

Será necesario otro cambio táctico, tal vez de regreso a su 4-3-3 preferido, para que Ancelotti saque lo mejor de todos los involucrados, pero después de lo que está logrando en 2023-24, sería difícil apostar en contra de que ajuste su sistema cuando comience la próxima temporada.

Ancelotti tuvo su oportunidad de marcharse hacia el ocaso de su carrera, pero decidió darse un último desafío en Madrid. Su recompensa puede que acabe siendo su mejor equipo.