Un factor que podría influir en los próximos movimientos es la situación contractual de Raphinha. Su contrato actual con el Barcelona vence en 2027, pero las negociaciones para una renovación parecen haber quedado estancadas. Un punto clave de desacuerdo es su salario. Los ingresos de Raphinha no reflejan su rendimiento en el campo, lo que lo coloca entre los jugadores clave peor remunerados del club. El brasileño siente que su contribución merece una revisión en la estructura salarial, pero el club se muestra renuente a ofrecer aumentos salariales debido a las restricciones financieras. Este contraste en expectativas ha dejado las conversaciones en un limbo, abriendo la puerta a Arabia Saudita, que lo ve como el reemplazo ideal para Neymar, quien dejaría el equipo.