Jorge Almirón Atlético Nacional 2018Atlético Nacional

¿Qué debe aprender Nacional del fracaso de Almirón?

Si bien el fin del ciclo Almirón en Medellín fue por decisión del técnico, el 'Rey de Copas' ajustó su segundo fracaso en línea, tras la gloriosa etapa de Juan Carlos Osorio y Reinaldo Rueda, curiosamente con dos extranjeros: Juan Manuel Lillo y el mencionado argentino.

La apuesta que hizo el club por el entonces técnico subacampeón de América, fue aplaudida por la afición y de inmediato surgió la ilusión de retomar el camino de los títulos que se perdió prematuramente con el español.

Ocho meses después, la ilusión se convirtió en frustración. La desazón por los fracasos en Superliga, Liga y Copa Libertadores pesó más que seguirle apostando a un proyecto largo, que ni siquiera alcanzó el primero de los dos años que estaban pactados.

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Es aquí cuando la dirigencia debe hacer un pequeño alto en el camino, mirar en retrospectiva, hacer un análisis y reflexionar sobre el mismo de cara al futuro. Los fracasos recientes, como todos los errores, dejaron aprendizajes.

El primero es la diplomacia. La salida forzada de Reinaldo Rueda, producto de diferencias entre su cuerpo técnico y algunos dirigentes de aquel entonces, tenía una solución diferente al alejamiento de las partes y era precisamente la conciliación. Lo mismo aplica para la relación entre Almirón y algunos referentes del plantel actual, siendo Macnelly Torres el más afectado. El no actuar oportunamente en estos casos terminó generando más caos que tranquilidad.

Juan David Pérez Ortíz Atlético Nacional 2018Atlético Nacional

Sigue la toma de decisiones. Anexo al primer punto, varias decisiones dirigenciales que buscaban ser cura, terminaron siendo peores que la enfermedad. No solo se falló en permitir salidas de elementos importantes para manterner sólidas las bases del proyecto deportivo, sino también en las llegadas, caso Juan Manuel Lillo y su inmediato rechazo por gran parte de la hinchada. También en las contrataciones de jugadores que apriori “cumplían el perfil” pero terminaron sumándose a la lista de fracasos.

Y un tercer elemento de aprendizaje, ligado a los anteriores, es la paciencia. Más allá que los dos últimos técnicos hayan renunciado, lo poco que duraron al frente del equipo muestra claramente una tendencia a resolver todo con prontitud en medio de la adversidad, producto de la presión por ganar. Si realmente hay convicción en el proyecto iniciado, sin importar el nombre, ser pacientes y tomar conciencia del tiempo que requiere llegar a los resultados, es fundamental. Osorio dejó esa gran enseñanza. Y aquí el llamado también cabe para los que pagan la boleta.

Con esto no se está pidiendo dejar a un lado la exigencia propia de un club como Nacional, no. El hincha lleva siete años celebrando sin parar y está acostumbrado a eso, con una historia respaldada por el éxito constante, que le otorga el derecho a esperar lo mejor siempre. Lo que se busca es lograr retomar el rumbo, que el club sea consecuente con sus principios e ideales y respete el famoso 'ADN' que debe tener todo aquel que porte su camiseta o trabaje en la entraña.

Atlético Nacional no se puede dar el lujo de fallar en la elección del nuevo técnico, en primera instancia, y de volver a fracasar deportivamente con él. Esa elección debe rayar en lo perfecta, teniendo en cuenta los tres aprendizajes principales aquí expuestos y el contexto actual e histórico del club. No hay más margen de error, solo hay lugar para volver a la gloria.

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