Desde que Daniel Angelici y Carlos Tapia se hicieron cargo de la AFA que la imagen de Boca sobrevuela en Viamonte. Sin embargo, para la final ante Tigre no habrá favoritismos: el designado para impartir justicia es Néstor Pitana, un árbitro que por el barrio de La Boca no cae para nada bien.
El hecho más recordado tiene que ver directamente con aquel Superclásico del Torneo Final 2014. El Millonario había arrancado ganando con un gol de Manuel Lanzini, pero Juan Román Riquelme empató el trámite con una joyita de tiro libre (y un recordado gesto a Ramón Díaz en el festejo). Cuando parecía que aquel tanto era el empuje necesario para que el local de vuelta el resultado, el referee cobró córner luego de un cruce de Hernán Grana sobre el propio Lanzini. Claro, la pelota había dado en el jugador del conjunto visitante. Poco importó: de esa pelota parada a cinco minutos del final llegó el 2-1, producto de un cabezazo de Ramiro Funes Mori. En la conferencia de prensa posterior, Carlos Bianchi dejó la frase para la posteridad: "Sin el 'Gran Pitanazo' no perdíamos" .
Casi un año más tarde, volvió a dirigir un Superclásico, el primero de 2015, en Mar del Plata. En ese encuentro, el árbitro también tuvo una floja actuación: un planchazo de Gigliotti a Barovero y una polémica en la posición de Carrizo que terminó en el gol del triunfo para el Xeneize. También estuvo a cargo de los Superclásicos de enero en 2016 y 2017: ambos fueron triunfos de River por 1-0 y 2-0, respectivamente. En el último, que fue triunfo por 2-1 en el Monumental, echó mal a Cardona tras un manotazo inexitente sobre Enzo Pérez. Esa, de hecho, fue la última vez que estuvo en un partido del conjunto de La Ribera.
Pero no solo esos amargos recuerdos juegan en la cabeza de los hinchas, sino también un historial que no está para nada a su favor. En total, Pitana dirigió 28 partidos a Boca de manera oficial. Fueron ocho triunfos, ocho empates y ¡12! derrotas.
