River Boca Superliga 05112017EITAN ABRAMOVICH/AFP/Getty Images

Nández confirmó que nació para jugar en Boca

Apenas un puñado de minutos le habían bastado a los hinchas de Boca, aquella tarde del 11 de septiembre en la cancha de Lanús, para darse cuenta de que ese uruguayo de nombre extraño que reemplazó en el entretiempo a Pablo Pérez tenía algo especial. Una semana después, empezaban a confirmarlo en casa: en su primer partido en La Bombonera, Nahitan Nández le marcaba a Godoy Cruz y empezaba a confirmar las sensaciones que bajaban desde la tribuna. Y en el Monumental, se confirmó: el charrúa nació para jugar con la azul y oro.

En el primer Superclásico de su carrera, el mediocampista no había tenido un partido especialmente destacado. En el primer tiempo, sufrió el duelo contra Pity Martínez y Nacho Fernández: River tenía la pelota, el partido se jugaba según quería el equipo de Marcelo Gallardo y el volante, junto a Wilmar Barrios, no lograba hacer pie. En el complemento, en tanto, el partido se había jugado mayoritariamente por la derecha del ataque del local, por lo que su influencia no era demasiada. 

Hasta que, a falta de 17 minutos para el final del encuentro, con la historia 1-1, Nandez se le filtró por la espalda a Milton Casco, Pablo Pérez lo vio desde el costado opuesto y le pinchó la pelota con precisión, para que el uruguayo sólo tuviera que poner el empeine antes de llenarse la boca de gol. Su segundo grito con la camiseta de Boca. En el partido más importante, ese en el que aparecen los futbolistas llamados para los grandes momentos. Los que, aunque hayan nacido del otro lado del charco, estuvieron toda su vida predestinados a brillar con una camiseta.

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