El Barcelona se ha marcado el fichaje de Jules Koundé como una prioridad. Los medios más cercanos al club blaugrana apuntan a que el central francés del Sevilla es una petición expresa de Xavi Hernández pero su fichaje es complicado por distintos motivos
En primer lugar, la competencia del Chelsea y su capacidad económica supone un problema para los culés. Los "blues" se han marcado a Koundé igualmente como una prioridad en el mercado tras las salidas de Rudiger y Christensen.
El Chelsea tiene más dinero pero aún no se ha lanzado
El club inglés no ha presentado aún ninguna oferta, ya que la entidad está viviendo una reestructuración interna tras su venta a un conglomerado empresarial que lidera Todd Boehly y que ha supuesto la salida de su directora general, Marina Granovskaia. Además, en Londres quieren resolver antes de fichar la salida de Romelu Lukaku, ya que el belga tiene el salario más alto de la plantilla y se negocia para que vuelva cedido al Inter.
El jugador es consciente del interés del club blaugrana pero, como ya informó GOAL, tiene cerrado un acuerdo de contrato con su otro pretendiente, el Chelsea. Este contrato sería por cinco temporadas y tendría un salario anual de 7 millones de euros netos, según la "Cadena Ser". Estas cantidades son difícilmente asumibles para el Barcelona.
El club blaugrana va a poder fichar tras las palancas económicas que va a activar con la venta de activos del club como BLM, la empresa del club que gestiona el merchandising y la cesión del 25% de los derechos televisivos de las próximas temporadas. Sin embargo, la mejora de su liquidez no le garantiza poder competir con el Chelsea en una puja por Koundé ni tampoco ofrecerle el mismo sueldo que los "blues".
Limitaciones para contentar tanto a Koundé como al Sevilla
Para ofrecer a Koundé un contrato de 14 millones brutos por temporada similar al del Chelsea, el Barça tendría que liberar unos 40 millones de su actual masa salarial o generarlos a través de traspasos por las reglas del fair play de LaLiga. De hecho, el club aún no ha podido anunciar los fichajes de Christensen y Kessie porque necesita generar este espacio para inscribir a estos dos jugadores que llegan libres.
Además, el Barça no quiere cometer errores del pasado y quiere limitar su masa salarial. El club catalán quiere que lo que gasta anualmente en salarios baje de los 560 millones actuales a 400 y que la ficha del jugador mejor pagado no supere los 20 millones de euros brutos anuales. Sobre esta base trabajan por ejemplo para fichar a Lewandowski, que es su gran objeto de deseo en el mercado y que sería el fichaje mejor pagado, por lo que no podría llegar a ofrecer una ficha tan alta a Koundé como el Chelsea.
No obstante, el francés prioriza lo deportivo a lo económico y podría verse seducido por el ferviente interés de Xavi en ficharlo. Aún así, el Sevilla recela del interés de los culés. Ambos clubes guardan una excelente relación pero el conjunto andaluz es consciente de las limitaciones del Barça para llegar a las cantidades que quiere ingresar por Koundé y no quiere aceptar descartes como moneda de cambio para abaratar la operación.
Además, la venta al Barça sería peor vista en Nervión que al Chelsea. El club blaugrana compite en el mismo torneo que el Sevilla, la distancia deportiva entre ambos clubes se ha acortado y ahora sí estaría más cerca de reforzar a un rival directo que cuando llegaron al Camp Nou por ejemplo Dani Alves, Rakitic o Lenglet. La afición recela por este respecto y también porque, tras meses escuchando que el Barça atraviesa una mala situación económica, costaría digerir que incluso así puedan los catalanes llevarse a su principal activo en el mercado.
No obstante, si llegara a abrirse una puja entre el Chelsea y el Barcelona, el Sevilla podría salir beneficiado a la hora de elevar su precio y sacar el mayor rendimiento económico posible a la salida de Koundé que desde hace meses se ve como inevitable. En este sentido, la mejor baza de los catalanes sería convencer al francés para que sólo quiera ir al Camp Nou y poder tensar algo más la cuerda ante un club de Nervión que tiene la sartén por el mango en la negociación, ya que el jugador tiene dos años más de contrato y una cláusula alta.
