El discurso se acomodará a lo que a cada Selección le toque. El Mundial comenzará el 14 de junio y las posturas respecto al sorteo son muy marcadas.
Casi a modo de resignación y aceptación, el argumento que dan aquellos que integran los grupos más difíciles es que "para ganar el Mundial hay que ganarle a todos". ¿Es tan así?
Otros festejan un sorteo bondadoso porque el fundamento anterior es cierto a medias: para ser campeón hay que ganar siete partidos, sea contra quien sea. Si sin los más débiles, será más fácil.
De estas dos posibilidades salen aún más variantes: algunos prefieren un grupo competitivo para que su equipo se meta de lleno en ritmo, pero otros quieren a los rivales más débiles para ir moldeando el rendimiento con aquellos más sencillos.
La realidad más cercana marca que en los últimos tres Mundiales, el campeón provino de los grupos de la muerte. Alemania en 2014 jugó ante Estados Unidos, Portugal y Ghana. España en Sudáfrica 2010 comenzó perdiendo ante Suiza y remontó ante Chile y Honduras. Italia, en 2006, jugó ante República Checa, Estados Unidos y Ghana.
