Matheus Fernandes Konrad de la Fuente Junior Firpo TodiboGetty Images

La hoja de ruta del Barcelona pasa por hacer caja

En verano de 2019, el Barcelona lideraba el ránking del límite salarial de LaLiga con 671 millones de euros. ¿Qué significa eso? Que en la temporada 2019-20, el club podía invertir esos 671 millones en los salarios de la primera plantilla masculina, el filial, el staff técnico, las amortizaciones anuales por los fichajes de futbolistas y las comisiones de los agentes en los traspasos. Por aquel entonces, el Barça acababa de cerrar el ejercicio económico con 990 millones de euros de ingresos, los más altos en la historia del fútbol mundial. Pero pese a tener los ingresos más altos, la masa salarial rozaba el límite recomendado por las instituciones: el club destinaba un 68% de sus ingresos a pagar sueldos. Ya había alertado en varias ocasiones Javier Faus, exvicepresidente económico en las etapas de Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu hasta 2015. "Estamos en un límite del gasto que debemos controlar", reiteró en las asambleas de 2013 y 2014. Pero nadie le hizo caso.

Los fichajes desorbitados, las renovaciones al alza de futbolistas y la gestión económica que tensionaba la diferencia entre ingresos y gastos hicieron que la expansión del coronavirus provocara un descalabro de unas dimensiones abrumadoras. La facturación cayó en picado, la deuda aumentó exponencialmente hasta superar los 1.000 millones de euros y el club se mueve sin fondos y con unos gastos superiores a los ingresos. La entidad está en quiebra técnica. "Los sueldos están en un 110% respecto a los ingresos", admitió Joan Laporta en su primera rueda de prensa como nuevo presidente. De aquellos 671 millones de euros, en marzo el límite salarial marcado por LaLiga cayó hasta los 348 millones, aunque el equipo no cumplió con la normativa y superó de largo el tope. Ahora, el ahorro es obligatorio para el Barcelona. Antes de poder fichar, el club catalán tiene que vender y recortar salarios. Incluso antes de poder anunciar la renovación de Lionel Messi, que termina contrato este miércoles 30 de junio.

Renovar al argentino no es una tarea sencilla. El futbolista se quiere quedar, pero su salario tiene que caber en el nuevo límite salarial que impondrá LaLiga este próximo mes de julio y que será inferior incluso al de marzo. Para poder renovar a Messi, el club tiene que conseguir traspasar a varios jugadores para generar ingresos y para liberar masa salarial. Algo que ya ha empezado a hacer con las ventas de Junior Firpo al Leeds United de Marcelo Bielsa por 15 millones de euros, de Konrad de la Fuente al Olympique de Marsella por 3 millones y de Jean-Claire Todibo al Niza por 8,5 millones. En total, el Barça podrá invertir en su plantilla 6,6 millones de estos 26,5 ingresados, el 25%, tal y como explicó el presidente Laporta.

El artículo sigue a continuación

Pero el club no solo puede desprenderse de futbolistas sin minutos y con sueldos relativamente asumibles. El Barcelona necesita una buena cantidad de ingresos por traspasos y debe conseguir ahorrar en algunos de los sueldos más altos de la plantilla. Ahí entran Samuel Umtiti, Philippe Coutinho, Martin Braithwaite y Miralem Pjanic, que no cuentan para Ronald Koeman, pero también otros nombres como Antoine Griezmann que, con las llegadas del 'Kun' Agüero y Memphis Depay, la recuperación de Ansu Fati, la imposibilidad de traspasar a Ousmane Dembélé y la voluntad de incorporar a un nuevo delantero, ve como su salario pudede convertirse en una solución inmediata para aliviar tensiones económicas. El Barça no tiene margen de maniobra: sin salidas no hay entradas. Y Messi termina contrato en 24 horas.

Anuncios