El codazo de Mauro Tassotti a Luis Enrique Martínez en 1994 quizá sea el clímax de una relación futbolística que se ha ido incrementando con los años, aunque no ha vuelto por aquellos fueros. El aumento de la competitividad de España ha cimentado la relación y hoy Italia ve a la 'roja' como a una semejante, especialmente después de que los españoles se cosieran su primera estrella en el pecho en 2010. Es una de las primeras conclusiones que se extraen tras conversar con Eduardo Iturralde González, ex árbitro internacional conocido especialmente por su talante dialogante.
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"Ahora ya no tanto pero antes el carácter de los italianos era muchísimo más competitivo, querían ganar a toda costa" explica el colegiado, que dirigió al combinado transalpino en dos ocasiones, la última, en partido clasificatorio del Mundial de 2006 en Alemania que culminaría con la cuarta estrella estampada en la elástica 'azzurra'. "Siempre tuvieron la victoria metida en la sangre, sólo compiten para ganar y no les ha ido mal" señala Iturralde. Por contra, la grandeza de España radica en la evolución del juego, de la estéril 'fúria' a un 'tiki-taka' letal pero también en el orgullo de sus jugadores, que ni son ni se sienten inferiores a nadie, como les recordaba a gritos Luis Aragonés a los miembros de la selección en la Eurocopa de 2008.
Sin embargo, a italianos y españoles les une el hecho de que probablemente sean los futbolistas más pillos del planeta. Si pueden engañar al árbitro, lo harán indudablemente. Iturralde matiza que "el futbolista que se tira no engaña al árbitro sino a un compañero de profesión; el árbitro no resulta engañado, simplemente se equivoca", atentando contra los valores del deporte. ¿Cómo evitar caer en la trampa? "El árbitro deberá prepararse sabiendo que Italia esperará a España, lo que significa que, arbitralmente hablando, habrá mucho más peligro en el área italiana porque habrá muchos jugadores defendiendo y muchos atacando; como creo que Italia saldrá a la contra, las jugadas en el área española serán mucho más nítidas".
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Iturralde añade que "a menudo es complicado no caer en las trampas que hacen los jugadores; los colegiados nos lo tomamos como el que va de compras. El penalti vale 10, y se puede comprar hasta por 9 o por 8. Pero cuando ya decae a 7 o 6 dejamos de comprarlo. A este nivel pitas penaltis que equivalen a 10 o 9, los que son clarísimos, lo que lleva a no pitar algunas acciones no tan claras". Obviamente no es sencillo arbitrar un partido como el del lunes. "El árbitro siempre está detrás del balón y con semejante velocidad en el juego de España, como antes le pasaba al Barcelona, queda siempre en una mala ubicación para ver bien la acción".
Además, el lunes no sólo podemos ver comedia de la buena en cualquiera de los dos equipos. También asistiremos a muchas protestas. "Los jugadores no protestan para cambiar una decisión, que no pasa nunca, lo hacen para condicionar la siguiente decisión, para que sea a su favor" resume Iturralde para concluir que "más que nuevas tecnologías, el fútbol debería estar preocupado por echar a los tramposos".
De todas formas, Iturralde también destaca que los futbolistas españoles e italianos son tan protestones como nobles, por lo que "se verá un partido de gran calidad". Y sí. Los árbitros también hacen pronósticos, especialmente cuando están retirados como Iturralde. El del vasco "es un resultado ajustado, igual hasta con prórroga", y se postula para una victoria de España. Su porra arbitral es que no habrá expulsados en este partido. "No creo que haya expulsados en fase de eliminatorias en un torneo tan corto, los jugadores protestan menos porque pueden perderse los cuartos o las semis". No tardaremos en saberlo.
