Sergio Ramos Harry Kane Tottenham Real Madrid Champions League

El Real Madrid ya escrutó a Pochettino este curso en el doble enfrentamiento ante el Tottenham


LA INTRAHISTORIA

Mientras el recuerdo de Zidane todavía sigue más que vivo en el Real Madrid -y entre el madridismo-, son ya muchos los nombres que se han venido asociando al club blanco para ocupar ese cargo que ha dejado vacante el técnico galo. Uno de ellos es el de Mauricio Pochettino. Y en el caso del argentino, no es uno más de tantos otros, sino que es el nombre que a día de hoy resuena con más fuerza en los pasillos de la planta noble del Santiago Bernabéu. El primer técnico que se vino a las mentes de los dirigentes merengues cuando empezaron a asumir y digerir la marcha de Zidane. No es casualidad. Y es que desde el Real Madrid llevaban siguiendo muy de cerca a Pochettino desde tiempo atrás.

Calma tensa en el Real Madrid por el sucesor de Zidane

El técnico argentino destacó notablemente en el Espanyol -donde todavía se recuerda su memorable victoria ante el Barcelona de Guardiola en el Camp Nou-. De ahí pasó al Southampton obteniendo un buen balance. Aunque fue en el Tottenham donde realmente despegó como entrenador, logrando acabar como tercero, segundo y tercero de la Premier League en el último trienio, respectivamente. Logrando un rendimiento histórico en el club londinense, desplegando además un fútbol atractivo y haciendo explotar a unos jugadores que hoy son envidiados en medio mundo. Méritos suficientes per sé para atraer las miradas del planeta fútbol. Y que, en el caso del Real Madrid, podían ser acentuados además por su simpatía con el club blanco, quién sabe si causa o consecuencia de su también rivalidad con el Barcelona desde sus tiempos en el Espanyol como jugador y como técnico. “Antes de entrenar al Barcelona, me vuelvo a mi granja”, dijo este pasado mes de enero sin ir más lejos.

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Sea como fuere, Pochettino gusta en el Real Madrid. Y gusta desde tiempo atrás, como decíamos. No obstante, y sin que fuese su primera toma de ‘contacto’, ya estuvieron escrutándole esta misma temporada en otoño, durante el doble enfrentamiento contra el Tottenham en la fase de grupos de la Champions League. En dichos partidos, el cuadro londinense logró un meritorio empate en el Santiago Bernabéu (1-1), y una incontestable victoria en Wembley (3-1) que entonces abrió la caja de los truenos en el Real Madrid. Le alejó del primer puesto del grupo y, además, fue el día que Cristiano Ronaldo reconoció deficiencias en la confección de la plantilla. 

Aquellos días era un secreto a voces que el Real Madrid estaría tomando buena nota del papel de Pochettino con su Tottenham, y la impresión causada no pudo ser mejor, además. Aunque entonces no trascendiera públicamente. En buena medida, a propósito, por respeto a un Zidane que ya había ganado dos Champions League consecutivas y que estaba viviendo los que, por aquel entonces, eran sus peores momentos en el banquillo blanco. Aunque, obviamente, no le debió ser tampoco muy difícil a Zidane captar los rumores que circulaban aquellos días por los mentideros merengues. Es más, quién sabe si no fueron aquellas mismas informaciones rondado la festividad de Halloween -unido a las malas actuaciones sobre el campo- las que empezaron a despertar en Zidane la sensación de que su ciclo en el Real Madrid se empezaba a agotar. De aquellos barros estos lodos, como dice el refranero popular. Tanto para entender una hipotética bienvenida a Pochettino, como quizás también para explicar la consumada despedida de Zidane.

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