Lionel Messi Barcelona EibarGetty

El Barcelona, subcampeón por (de)mérito propio


EDITORIAL

Esta vez no fue posible revalidar el título de campeón de Liga, una circunstancia que deja un sabor de boca horrible al barcelonismo, consciente de que no se pueden realizar concesiones en la era de Leo Messi. Tener a un jugador como ese, que esté tan integrado en el club y el equipo es algo irrepetible en un vestuario que esta temporada ha sido capaz de ganar en la mayoría de los campos más complicados de la Liga. Pero los títulos se ganan siendo regular y no fiándolo todo a la intimidación para aparecer exclusivamente en los partidos grandes.

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Así, la falta de regularidad de un grupo que ha funcionado a fogonazos y las reiteradas pájaras defensivas han dejado al cuadro azulgrana sin título.De hecho, el Barcelona no ha perdido la Liga ni en Balaídos ni en La Rosaleda, por lo menos no cuando la visitó el Real Madrid. Si acaso, la perdió en el Camp Nou ante el Alavés o en su visita a Málaga, cuando teniendo la oportunidad para adelantar a un Real Madrid que acababa de empatar en el derbi y sin disponer de los sancionados Gerard Piqué e Ivan Rakitic, Luis Enrique dejó a Sergi Roberto y Andrés Iniesta en el banquillo, saldando el choque con una derrota que hizo bueno el punto logrado por los blancos ante su rival ciudadano.

Ante el Eibar el equipo volvió a enseñar su peor cara, demostrando haber bajado los brazos antes de tiempo por mucho que el Real Madrid no diera prácticamente opciones al cuadro azulgrana, que tenía la obligación moral de, por lo menos, ganar a un equipo que no se jugaba nada. Y lo hizo, aunque costó. Luis Suárez estuvo irreconocible, fallando numerosas ocasiones que Takashi Inui no malbarataría. No fue hasta el segundo tiempo cuando David Juncà, con un autogol, el uruguayo y Messi de penal -tras fallar otro- y con otra jugada del rosarino el Barcelona aseguró tres puntos cuyo único valor fue el de evitar el ridículo.

Y aun así el Barcelona ha sido el mejor visitante de la Liga. Pero como local ha estado peor que el Real Madrid y ello ha pesado demasiado en el pulso por el título. Hablar de conspiraciones no le hará nada bien a un equipo que demostró en la Champions League, tanto en París como en toda la eliminatoria ante la Juventus, que se basta y se sobra por si mismo para renunciar a los títulos. 

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