+18 | Publicidad | Aplican Términos y Condiciones | Juega con responsabilidad | Principios editoriales
Joan Laporta BarcelonaGetty Images

El Barça se construye en la austeridad

Joan Laporta dijo claro y alto que el ciclo del Barça había terminado y que el equipo de fútbol masculino necesita una renovación profunda para volver a ser favorito a ganar los títulos locales y para competir con los grandes de Europa en la búsqueda de conquistar la Champions League, que los blaugrana no levantan desde junio de 2015 con Luis Enrique en el banquillo y con Messi, Luis Suárez y Neymar Jr formando el trio de ases de ataque. Esa fotografía ya hace cuatro años que no existe, tras la salida voluntaria de Neymar Jr en 2017 y la invitación a Suárez de abandonar el barco el verano pasado para empezar a renovar una plantilla desgastada. Este proyecto que empieza debería llevar la firma de Laporta. El presidente tiene que tomar sus primeras decisiones deportivas de calado desde que volvió al cargo en marzo, pero las herencias le impiden comenzar de cero y construir un equipo que ilusione.

La caja está vacía y una revolución cuesta mucho dinero. Un dinero que el club no tiene. En primer lugar, porque el despido del entrenador cuesta más de ocho millones de euros. Ronald Koeman cobra esos ocho millones anuales y, según contó “RAC1” el miércoles, además de los ocho millones del año que le queda por cumplir, el holandés debería recibir el 43% del salario de esta temporada que la junta gestora le difirió en diciembre durante la negociación para rebajar la masa salarial a corto plazo. En total, unos 12 millones de euros a tocateja si finalmente Laporta decide prescindir del entrenador. Una cifra que al club no le vendría nada bien de cara a afrontar los próximos meses de mercado.

De hecho, el mercado de fichajes para el Barça es una utopía. La auditoría que se está desarrollando en las oficinas está poniendo los pelos de punta a los nuevos gestores, que no abren un cajón sin encontrarse sorpresas desagradables. Se estiró más el brazo que la manga y ahora lo que necesita el Barcelona es ahorrar para no caer en un pozo sin opción de salida. El dinero que entra en el club, como los 500 millones de Goldman Sachs, sirve para pagar deudas que finalizan a corto plazo y solo las ventas de jugadores o los intercambios permitirían afrontar algún fichaje de precio asequible, aunque las operaciones de cambio de cromos ya se ha demostrado que acentúan la deuda, es decir, que son pan para hoy y hambre para mañana.

Es por eso que el Barça se ha lanzado a por las oportunidades libres del mercado. El club no puede invertir en grandes estrellas, ni tan solo fichar a futbolistas prometedores que hayan destacado esta temporada -como fue el caso de Lenglet en verano de 2018-, y consciente de ello apuesta por los mejores agentes libres. Èric García, Sergio ‘Kun’ Agüero, Georginio Wijnaldum y Memphis Depay acaban contrato y llegarían sin la necesidad de abonar un solo euro a su club de origen, algo que no sucede con otros nombres aparecidos en la prensa como Lisandro Martínez, Gravenberch, Aleksander Isak o Gayá, por no decir Erving Haaland, con el que se inició una obra de teatro de la mano de su representante Mino Raiola con un final ya guionizado y conocido por todos: imposible para el Barça.

En el club son conscientes que la renovación que desean Joan Laporta y sus compañeros de junta directiva no podrá producirse de inmediato y dejando al equipo preparado para ganarlo todo. Habrá que tener paciencia. La entidad no puede acometer inversiones de gran calado ni construirá un conjunto ganador en cuestión de semanas. Además, para la renovación del contrato de Leo Messi, prioritaria para el presidente, habrá que poner toda la carne en el asador. Laporta no lo tiene fácil para generar ilusión y sabe que sudará sangre para levantar el castillo que pretende edificar. Y por ahora, las primeras piezas del diseño tienen que adquirirse ‘low cost’.

Anuncios

ENJOYED THIS STORY?

Add GOAL.com as a preferred source on Google to see more of our reporting

0