Su primera camiseta fue la de las Águilas, nació en esa cantera como parte de una tripleta de jugadores prometedores; ellos poco han construido su historia de éxito, la suya ha sido distinta. Lugiani Gallardo jugó junto a Diego Reyes y Raúl Jiménez entre 2010 y 2012. Sus cualidades lo hacían destacar y ahora que los años han pasado con escasos triunfos en su trayectoria, no tiene una respuesta concreta sobre la debacle que lo tiene sin equipo en el futbol profesional, aunque con un sitio en la Selección Mexicana de futbol de playa.
"No es de que yo tomara la decisión de 'voy a dejar el futbol', fue más por cosas que pasan en los equipos que estaba. Cada vez que vas creciendo se va haciendo el famosísimo embudo y muchos van quedando fuera. A mí me invitan, yo no quería jugar, decía que me iba a esperar, creo que es una gran oportunidad de estar bien físicamente, de competir y jugar", declaró para Mediotiempo.
A principios de este mes, el representativo de futbol de playa compitió en Dubai. Lugiani fue parte y consiguieron el séptimo puesto al perder contra Uruguay; pero ese no es su sueño ni significa el final de sus intentos por triunfar en el césped.
"Tenía unas condiciones extraordinarias", recuerda Carlos Reinoso. Le pasó como a miles en el futbol mexicano y así lo define Gallardo: "pensaba que iba a seguir siempre, pero llegó un momento en el que cambian directiva y cuerpo técnico, se empiezan a salir los canteranos y a volar unos por aquí y otros por allá, traen a nueva gente".
En 2011, fue parte del representativo nacional en el Mundial Sub-20 y después de América, jugó en Necaxa, Estudiantes, Albinegros y Zacatepec, equipo con el que terminó contrato y se quedó sin ofertas. A pesar de la mala fortuna, mantiene el deseo: "me gustaría ser una figura del futbol, me gusta la playa, pero me apasiona el futbol".
