La superprofesionalización del fútbol, los intereses que se multiplican y las redes sociales que pueden ser tan nocivas como productivas marcan un cambio de época en el deporte. En esta revolución, que es una transformación, aparecen también nuevos peligros para los futbolistas: tienen más posibilidades de sufrir problemas de ansiedad y depresión.
La conclusión nace a partir de un estudio que realizó el Sindicato Internacional de Futbolistas (FIFPro), en un taller sobre salud mental celebrado en Holanda. El dato es un número que alarma: un 38% de los jugadores en actividad confesó haber padecido síntomas de depresión en 2015.
“El discurso público en torno a la salud mental en el deporte de elite está cambiando, y los atletas se encuentran en primera línea para mejorar el modo en que la sociedad aborda estas cuestiones de salud de elevada incidencia”, remarcó Jonas Baer-Hoffmann, secretario general de FIFPro Europa. Por otra parte, Michael Bennett, director de bienestar de futbolistas por el sindicato inglés (PFA), reveló otro detalle, no menor: después de decidir tener una línea de atención directa para dar asistencia a los futbolistas, reciben más de 100 llamadas por año.
