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Barcelona, qué importa el resto con este Messi


EDITORIAL

Leo Messi vuelve a sentirse cómodo. Poco importó que ante el Eibar no gozara de sus amigos Luis Suárez, en el banquillo, y de Neymar Da Silva, en el PSG desde hace mes y medio. Su nuevo entrenador, Ernesto Valverde, ya advirtió que no tenía dudas en cuanto a su ascendencia y que solo le preocupaba que se sintiera cómodo para que pudiera seguir haciendo lo que mejor sabe. Le acomodó en el eje del ataque del Barcelona y le rodeó de futbolistas que han ido acoplándose hasta el punto que hoy el rosarino no necesita correr siquiera para marcar cuatro goles.

Porque Messi fue el jugador de campo con menos desgaste físico del partido. No alcanzó ni los ocho kilómetros recorridos pero resultó decisivo como siempre, bien rodeado como está para que intervenga donde es realmente decisivo y evitar que sea él quien comience la acción de ataque para centrarse en definir. Con este planteamiento ha marcado 12 goles en 8 partidos y hasta ha provocado que un indiscutible como Luis Suárez pueda tomar un descanso para recuperarse sin que el equipo se resienta particularmente.

Si llegó Paulinho Bezerra, que volvió a ver puerta ante el Eibar, fue para proteger a Messi y evitarle idas y venidas innecesarias. Esta es la grandeza del Barcelona de un Valverde que está logrando el primer objetivo de proteger a Messi. Con él en estado de gracia el Barcelona, es bien sabido, aspira a todo y a pesar de que todavía no se ha cruzado con ninguno de los grandes de la Liga, el equipo sigue creciendo a pasos agigantados a partir del rosarino, exactamente lo mismo que hizo Pep Guardiola en 2008 aunque su plan era distinto al de Valverde, quien explicó que "da igual donde le pongas". Basta con tenerle contento.

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