"No es el partido para que aparezca Messi, sino el FC Barcelona", dijo Luis Enrique en la previa del Clásico. Pero su equipo ganó agónicamente 2-3 gracias a un gol sobre la bocina del delantero argentino, que también había marcado el 1-1 parcial.
El segundo gol del astro rosarino fue tan especial para el Barcelona como su celebración. Con gesto serio, Messi corrió hacia la zona del córner, se quitó la camiseta y, mostrando el dorsal '10', se la enseñó a la afición del Real Madrid.
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Con su doblete, el atacante sudamericano alcanzó los 500 goles con la camiseta del club catalán en todas las competiciones.