Por Jorge C. Picón - La final de la Champions puede tener un protagonista inesperado esta noche. Se trata del césped del Stade de France, que fue colocado el jueves de cara al encuentro. Una decisión controvertida ya que es una incógnita cómo va a responder estando recién colocado.
Al que menos le ha gustado esta decisión es a Jurgen Klopp, entrenador del Liverpool, que si bien se mostró confiado de que estará bien, no se mostró muy conforme con la idea de cambiarlo. "Normalmente, si un campo es nuevo es una buena noticia. Quizás este sea demasiado nuevo. No sé de quién ha sido la idea. No es algo a lo que estamos acostumbrados, pero no es un problema. Los dos equipos vamos a jugar en el mismo campo. Jugaríamos en cualquier césped con tal de que jugásemos en las mismas condiciones", afirmó el alemán. "No puedo decir si Klopp tiene razón o no porque todavía no lo hemos probado. Seguro que estará bien", aseguró Ancelotti, que quiso restarle importancia al asunto con su actitud siempre positiva.
Las sensaciones de los jugadores en los entrenamientos previos a la final han sido buenas. El verde no ha sufrido ningún percance, aunque bien es cierto que las sesiones han sido a 'medio gas'. La prueba de fuego será esta noche, cuando los 22 protagonistas salten al campo con toda la intensidad posible.
Máxima seguridad
La organización del evento está preparada al milímetro, empezando por la seguridad. Las autoridades francesas ha movilizado a 6.800 policías, por lo que la ciudad está repleta de agentes. Se han establecido medidas de circulación estrictas para evitar problemas, como el cierre de los Campos Eliseos para aficionados del Real Madrid o Liverpool desde el pasado 26 de mayo hasta el 29.
A medida que la gente se vaya acercando al estadio habrá más seguridad. Desde las 12:00 se activará un perímetro al que solo se podrá acceder con entrada ya que se estima que más de 50.000 aficionados han acudido sin posibilidad de acceso al estadio. Dentro del mismo no se podrán consumir bebidas alcohólicas.




