La final estuvo marcada por las acusaciones del Real Madrid hacia el árbitro Ricardo de Burgos Bengoetxea en los días previos al Clásico en el Estadio La Cartuja. A pesar de la presión, el árbitro llevó a cabo un partido en su mayoría sin incidentes el sábado, cuando el Barcelona derrotó 3-2 al equipo de Carlo Ancelotti tras la prórroga. Sin embargo, la noche terminó en caos, ya que tres jugadores del Real Madrid fueron expulsados cerca del pitido final, incluyendo a Bellingham, quien fue sancionado después del partido. A pesar de esta expulsión, se espera que el internacional inglés esté disponible para el resto de la temporada con los Blancos.