Cómo hizo el Real Madrid para gastar €900 millones en construir la plantilla con más talento del mundo

Florentino Pérez no siempre tomó las decisiones más inteligentes durante su primera presidencia. En un esfuerzo por hacer crecer la marca Real Madrid tanto como por mejorar el producto futbolístico, propuso la idea de los "Galácticos". Cada verano aspiraba a que el club blanco comprara al mejor jugador del mercado, sin importar el precio ni las necesidades de la plantilla. Júntelos a todos, confíe en un entrenador y seguramente este equipo podría ganar en España y en Europa.

Y así llegaron los grandes nombres. En 2000, el Madrid rompió el récord mundial hasta la fecha y pagó los €60 millones de la cláusula de rescisión de Luis Figo para llevárselo del Barcelona. Zinedine Zidane llegó un año después luego de que el club superase su propia marca al pagarle 78 millones a la Juventus. En 2002 llegó Ronaldo (el original). En 2003, David Beckham. En 2004, Michael Owen. Un súper equipo, vamos.

Excepto que no funcionó como estaba previsto. Los Galácticos eran buenos, pero por el peso de sus nombres deberían haber ganado más. Ya sea por un plantel desequilibrado, por un mal manejo futbolístico de los entrenadores o por ambas, el Real Madrid de principio de siglo no fue el equipo dominante que Florentino imaginaba. Tras conseguir la Champions en 2002, el club blanco no ganó ningún título entre 2003 y 2006 y el presidente renunció a su cargo en febrero de aquel año.

Sin embargo, regresó en 2009 dispuesto a recuperar el brillo en su nombre. Durante los siguientes cinco años, llegaron Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Xabi Alonso, James Rodríguez, Gareth Bale y Luka Modric, entre otros, para ser dirigidos por una serie de entrenadores famosos, con José Mourinho a la cabeza. El gran gastador estaba de vuelta.

Esa era de casi 10 años produjo un inmenso éxito, tanto a nivel nacional como en Europa. Pero para el 2018, esa generación estaba envejeciendo y empezaba a estancarse. Algo tenía que cambiar.

El fútbol europeo siempre ha mostrado interés en el mercado sudamericano. Y aunque en décadas pasadas el Real Madrid sólo miraba hacia el otro lado del Atlántico cuando una joven perla destacaba tanto que era imposible de pasarla por alto (Fernando Gago, Gonzalo Higuaín o el ahora condenado por violación Robinho, entre otros), su foco principal estaba en Europa: ¿por qué fichar promesas cuando podían permitirse los nombres más grandes del mercado cuando quisieran?

Ese enfoque cambió con la creciente influencia del jefe de ojeadores Juni Calafat, quien tras una carrera futbolística frustrada se ha convertido en un exitoso reclutador con un profundo conocimiento del talento global. Nacido en España pero criado en Brasil, Calafat sabía que había talento en las Américas que podía ser comprado, entrenado y perfeccionado en la capital española. Y cuando Florentino le hizo el famoso pedido de "no permitir que otro Neymar se les escape" después de que el brasileño eligiera al Barcelona, el hombre se puso a trabajar.

El siguiente Neymar no existía, así que en su lugar, Calafat se dedicó a fichar una serie de talentos sudamericanos -algunos baratos, otros caros- para ayudar a formar la próxima generación de estrellas del Madrid. Firmado en 2018, Federico Valverde fue el primero: llegó desde el gigante uruguayo Peñarol y fue enviado directamente al Castilla. Luego vinieron los nombres más establecidos: Vinicius, Rodrygo y, más recientemente, Endrick.

Estos tres últimos, todos adolescentes cuando se acordaron sus incorporaciones, costaron un total de 150 millones de euros, lo mismo que se pagaría por algún centrocampista sobrevalorado por sus actuaciones en la Premier League. Si Endrick sigue los pasos de sus dos predecesores brasileños, esa inversión podría valer cada céntimo.

Que el Madrid haya puesto más atención al talento que se cultiva en América del Sur, no significa que haya ignorado lo que estaba sucediendo en Europa. De hecho, también hubo inversión en jóvenes talentos más cerca de casa.

Eder Militao fue el primer ejemplo, traído desde Porto en 2019 por 50 millones de euros. En ese momento, el brasileño no estaba completamente listo para el primer equipo del Madrid, y solo disputó 15 partidos de LaLiga en la temporada 2019-20. Pero se abrió camino en el equipo y fue uno de los mejores defensores centrales de España durante tres años, antes de ver su progreso detenido por una rotura de ligamento cruzado anterior en agosto pasado. Ferland Mendy también fue traído por una tarifa similar, y está empezando a demostrar por qué muchos creían que podría ser el reemplazo a largo plazo de Marcelo.

Hicieron algo similar con Eduardo Camavinga. El centrocampista del Rennes era considerado uno de los mejores talentos jóvenes de Europa, habiendo dominado la Ligue 1 desde los 16 años. Se asumió que se mudaría a un equipo donde pudiera jugar de inmediato, antes de buscar el salto grande más adelante, pero en cambio aterrizó directamente en el Bernabéu por 40 millones en agosto de 2021, aun a sabiendas de que no tendría garantizado un lugar en el once titular. El francés aceptó un papel desde el banquillo y desde entonces se ha convertido en un titular regular con la salida de Casemiro y la próxima jubilación de Toni Kroos.

El Madrid adoptó un enfoque parecido también con Aurelién Tchouaméni. Más caro, y no tan efectivo de inmediato como su compatriota, el ex jugador del Mónaco llegó para ser el reemplazo directo de Casemiro, pero su adaptación a la élite de la élite no fue tan sencilla y en la temporada 2022-23 fue una opción de recambio para Carlo Ancelotti. En 2023-24, sin embargo, el entrenador lograría sacar lo mejor de él y se volvió una pieza clave del equipo, al punto que incluso llegó a jugar como defensa central ante la ola de lesiones en la última línea.

Por supuesto, todavía ha habido lugar para los grandes desembolsos de dinero: las superestrellas. Después de todo, estamos hablando de Real Madrid.

Thibaut Courtois forzó la mano de Chelsea con una solicitud de transferencia tardía después de que el Madrid llamara a su puerta en 2018, pero aún costó 39 millones de euros. Desde entonces se ha convertido en uno de los mejores porteros del mundo, con otra impresionante actuación en la reciente final de la Champions League a pesar de haber estado prácticamente toda la temporada fuera por lesión.

Jude Bellingham, por otro lado, llegó al estilo típico de Florentino, tras orquestar su arribo de manera constante durante meses. Públicamente, parecía que el centrocampista estaba indeciso entre Liverpool y Madrid, pero detrás de escena, el club blanco ya había hecho el trabajo para que las cosas sucedieran. Cortejaron a Bellingham con reuniones con el mismísimo Zinedine Zidane y le presentaron la visión de que podría convertirse en una parte crucial del nuevo proyecto, un Galáctico moderno. Diez meses después de que se pusiera por primera vez la camiseta del Madrid, el coste inicial de 103 millones de euros parece haber sido una ganga.

Y ahora, Kylian Mbappé está en camino. Técnicamente, el Real Madrid no ha enviado ni un céntimo al Paris Saint-Germain por el fichaje, pero igualmente ha debido invertir mucho -Mucho- para llevar al francés al Bernabéu. Su salario es, con diferencia, el más alto de la plantilla, mientras que el club se ha comprometido a una prima por firmar de 130 millones de euros, que se pagarán a lo largo de los cinco años de su contrato. Todo, para asegurarse al mejor delantero del mundo.

Es cierto, en un primer momento hay algunas preocupaciones menores sobre cómo hará Ancelotti para encajarle en el equipo, pero este es un jugador que el Madrid no podía permitirse dejar escapar.

No todo ha sido perfecto. De hecho, el Madrid ha fallado aquí y allá, lo que le ha llevado a desperdiciar más de 200 millones de euros en fichajes que no funcionaron.

Eden Hazard fue el error más destacado. El belga llegó como una estrella mundial desde el Chelsea en 2019 en la transferencia más cara de la historia del club: era la respuesta perfecta en el ataque a la salida de Ronaldo y la decadencia de Bale. Pero todo salió mal desde el día uno. El delantero llegó a su primer entrenamiento con un notorio sobrepeso y después de una serie de lesiones, desacuerdos públicos con el entrenador y problemas de actitud filtrados en la prensa, se retiró del fútbol por la puerta de atrás solo tres años después..

Menos costoso pero quizás más vergonzoso fue el fichaje de Luka Jovic por la asombrosa cifra de 60 millones de euros. Comprado en 2019 tras una campaña inmensamente exitosa con el Eintracht Frankfurt, el delantero serbio nunca tuvo impacto en el Madrid, marcó apenas tres goles y se marchó a la Fiorentina sin dejar un centavo en las arcas del club tras finalizar su contrato en 2022.

De todos modos, estas han sido las excepciones de una racha por lo demás impresionante de movimientos millonarios por parte del club blanco.

El Real Madrid, en definitiva, parece estar bien preparado para el futuro. El 'Messi turco' Arda Guler llegó el verano pasado para reforzar aún más el ataque (aunque pareciera que no hace falta más ayuda en ese sector) pero este parece ser un equipo mayormente establecido. Los jugadores clave en el once ideal de Ancelotti para la próxima temporada todos 25 años o menos, aunque Mbappé y Valverde cumplirán 26 antes de que termine el año.

Sin embargo, todavía hay algunos puestos por refrescar. Dani Carvajal está en el mejor momento de su carrera, pero ya tiene 32 años, mientras que también podría ser necesario algún refuerzo en una defensa central que se vio muy afectada por las lesiones en 2023-24 y tal vez incluso en el lateral izquierdo. Aun así, dada la calidad del equipo y la inteligencia en el mercado de transferencias, todo apunta a que el proyecto seguirá en dirección positiva.

La llegada de Mbappé tampoco parece indicar que vaya a producirse un cambio en la estrategia de transferencias del Madrid. Pueden haber vuelto al modelo Galáctico de firmar al mejor jugador del mundo este verano, pero sus otros objetivos de mercado están más en sintonía con su exitoso proceso de los últimos seis años. El lateral izquierdo del Bayern Munich, Alphonso Davies, de 23 años, encabeza una lista de objetivos en la que también están apuntados el central de 18 años del Lille, Leny Yoro, y el centrocampista Franco Mastantuono, la joya argentina que con 16 años ya marcó su primer gol con la camiseta de River Plate.

Mientras está por verse qué sucede a continuación, está claro que en su segundo mandato Florentino ha vuelto a gastar mucho, pero esta vez también lo ha hecho de manera inteligente. Así, ha construido la que es con diferencia la plantilla que reúne más talento en el fútbol mundial, con jugadores de élite en todas las líneas y sin defectos evidentes. Una nueva dinastía bien podría estar forjándose en Madrid.