Los martes suelen ser los días en los que Guillermo Barros Schelotto decide abrir las puertas de Casa Amarilla para que los periodistas puedan observar lo que habitualmente es el primer entrenamiento de la semana para Boca. La concurrencia, por supuesto, casi siempre es abultada, pero la de esta mañana superó cualquier expectativa: el morbo por obtener las primeras imágenes de Wilmar Barrios y Edwin Cardona hizo que la tribuna de la cancha auxiliar del Complejo Pedro Pompilio se llene de cámaras.
Lejos de los flashes de la polémica en la que se vieron envueltos durante la última semana, los colombianos se entrenaron con normalidad en la práctica de fútbol que dispuso el cuerpo técnico y casi con seguridad estarán desde el arranque el próximo domingo ante Colón. A pesar de que no sumaron ni un minuto en los amistosos de pretemporada, se los vio activos en el desarrollo del juego: hasta Cardona estrelló un tiro libre en el palo y generó varias chances de gol para el equipo de pechera naranja.
Pero más allá de cómo se desarrollen sus próximas días, la importancia de sus regresos estará vinculada directamente con el mayor déficit que mostró el equipo en los últimos tres partidos. El Mellizo probó con el nuevo 4-2-3-1 y con el habitual 4-3-3, pero evidenció una grave falta de generación en el mediocampo tras la lesión de Pablo Pérez ante Aldosivi. La vuelta del ex-Atlético Nacional será clave para resolver ese problema, mientras que la presencia de Barrios en el medio podrá liberar nuevamente a Nahitan Nández, quien no tuvo un buen verano jugando de doble cinco.
