Denis Suarez Barcelona

El banquillo y Valverde, decisivos en el nuevo Barcelona


EDITORIAL

No se guardó nada Ernesto Valverde para visitar el Coliseum Alfonso Pérez, un escenario en el que el Barcelona o golea o pierde, con poco espacio para el término medio. Pero ni siquiera el once que planteó, dando entrada a Sergi Roberto por Nélson Semedo como única variante con respecto al equipo que se cargó a la Juventus, sirvió para desarbolar la defensa del Getafe. Con este planteamiento el Barcelona quería consolidar la idea y los resultados para luego añadir los matices necesarios. Pero fueron estos matices los que acabaron dándole la victoria a un equipo desconectado de Leo Messi.

Anduvo atascado el cuadro azulgrana en el primer tiempo, cambiando movimientos de ataque constantemente e intercalando a Ousmane Dembélé de banda para intentar sorprender el tejido defensivo del Getafe, por lo menos hasta que el francés se rompió en el minuto 24. La entrada de Gerard Deulofeu supuso el regreso al plan original, con Messi en el eje alternándose con Luis Suárez, quien caía a la izquierda, y el catalán por la derecha pero el Barcelona solo supo acercarse con peligro a través de un lanzamiento de falta de Leo Messi en el descuento.

El cuadro azulgrana mejoró en el segundo tiempo, demostrando que se mantiene en el camino de las últimas semanas aunque todavía tiene muchos kilómetros por recorrer. Y en esta ocasión no fue Messi quien acudió al rescate, sino que lo hizo Denis Suárez, quien había sustituido a Andrés Iniesta en el descanso, tras aprovechar una asistencia de Sergi Roberto, que sigue siendo imprescindible aunque sea para ejercer de lateral como ante el Getafe. Apenas era el tercer gol de los trece que el Barcelona ha transformado esta temporada en el que no participó el rosarino, incómodo en todo momento. 

Y fue Paulinho Bezerra quien consumó la primera remontada de la era Valverde. El brasileño entró por Ivan Rakitic en el minuto 77 y en el primer balón que tocó envió el balón al fondo de la red para asegurar el pleno de victorias en clave azulgrana y advertir a los incrédulos que no ha venido al Camp Nou a tener un rol secundario. Su gol -en su primer remate a puerta como futbolista azulgrana- puede augurarle un gran futuro y, quién sabe, si la titularidad ante el Eibar. Porque a fin de cuentas, este Barcelona está cargado de matices y este año sí tiene banquillo, como demuestra el hecho que fueran los cambios del entrenador y la aportación de los suplentes los que mantienen al equipo en lo alto de la clasificación.

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