Matheus Cunha Atletico Madrid 2022-23Getty

'Cunha' de la misma madera

Dice el refranero español que no hay peor cuña que la de la misma madera. Así ha sido en el caso de Matheus Cunha. Aplaudido por su esfuerzo, su zancada y hasta por las comidas caseras de su abuela, el brasileño ha salido por la gatera, después de no haber sido capaz de anotar ni un solo gol en todo lo que va de curso. Cunha, que intentó casi todo sin salirle casi nada, dice adiós llevando tanta paz como descanso deja. El brasileño se muda a pastos más verdes, deja tras de sí un reguero de reproches poco elegantes, deja un buen dinero en el club y se marcha al colista de la Premier, el 'Wolves', el club 'satélite' de Jorge Mendes. Cunha se va señalando, como tantos otros, a Simeone, que siempre tiene la culpa, hasta cuando no la tiene. Su padre dejó caer que, para un delantero, es difícil brillar en el sistema de Simeone. Es posible. Quizá ahora Cunha lo tenga ahora más fácil en el colista de la Premier.

Cunha se despidió con pellizos de monja a Simeone, que le dio minutos cuando le respondió con goles y le privó de esos minutos cuando el brasileño se secó. ¿Pudo haberle dado más confianza cuando estaba en forma? Seguro. ¿Debió haberle dado menos minutos cuando Cunha apuntaba a un farol y mataba una vieja? Pues también. Cunha se va porque el campo no miente. Se va porque fue una apuesta personal de Berta que no ha cuajado, se va porque no ha derribado la puerta de la titularidad, se va porque cree que es mejor de lo que parece y se va porque Lopetegui necesita un delantero y el Atleti, dinero. Por eso se va. Y por mil reproches, recados e indirectas que haya dejado en su adiós, Cunha es el mejor ejemplo de que no hay peor cuña que la de la misma madera. La suya es una madera reconocible. La del típico jugador que no veía al Atleti como su destino final, sino como un lugar de paso. Adiós, gracias y suerte. Que pase el siguiente.

Cunha, que no era delantero centro aunque jugó ahí con la selección olímpica, llegó al Atlético por empeño de Andrea Berta, el director deportivo que, desde que aterrizó en el club, sigue ejerciendo su particular voto de silencio. Se va cedido hasta el 30 de junio y, si se cumplen una serie de cláusulas pactadas, se ejecutará una compra posterior por un montante total que según medios ingleses superaría los 40 millones de euros, de los cuales habria que descontar un 10% que en su día se reservó el Hertha de Berlín. Otra cosa será si finalmente João Félix sale del club. El chico quiere irse y la pelota está en el tejado de Jorge Mendes. Tendrá que traer una buena oferta. Mínimo, 100 "kilos". Si los trae, adiós, gracias y suerte. Al fin y al cabo, como buen producto Mendes, incluso por más calidad que tenga, que la tiene, João Félix es otra cuña de la misma madera: un jugador que entiende el Atleti no como un destino final, sino como una estación de paso.

Rubén Uría

Anuncios