OPINIÓN
La Liga alza el telón este domingo para el campeón. Para el Real Madrid. Después de ganar Liga y Champions en 2017, es el rival a batir sin dudas. En España y en Europa. Y eso aunque el equipo blanco haya perdido algún efectivo por el camino en este verano, que aún no ha podido reponer. Eso sí, a cambio, el equipo blanco tiene mucho mayor rodaje. No les hizo falta mostrar músculo en la pretemporada para llevarse por delante a Manchester United y Barcelona en las Supercopas sin excesivo esfuerzo. Y sin ni siquiera todos sus jugadores en plenitud.
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Lo de los jugadores dejó de ser un problema hace tiempo, de hecho. En realidad, durante la presente campaña presumo que lo del equipo A y el equipo B está llamado a extinguirse más pronto que tarde. Y es que muchos de esos jugadores que estaban en el segundo equipo, tienen ya tablas suficientes como para participar regularmente del primer equipo. Más incluso de lo que lo han venido haciendo. Por ejemplo, los Isco, Nacho o Asensio. Aportan cualidades al primer equipo que no tienen en su ausencia. Y las desarrollan en todo su esplendor, luciendo galones, y abriendo debates sobre su presencia en el once inicial. Más que merecida durante muchas fases de la pasada campaña.
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Escuchando el discurso de Zidane en este verano, queda la sensación además de que cada vez es más rotundo cuando habla de su política de rotaciones, y a su vez, más laxo cuando habla de la titularidad eterna de la BBC. Suena justo. Suena saludable para el vestuario. Y también realista, pues ya lo ha puesto en práctica. Veremos todavía más a los Isco y a los Asensio de esta manera. Tal y como están de ánimo y de forma, y tal y como están sus competidores en la línea de vanguardia, puede ser la temporada del malagueño y el mallorquín, la doble ‘M’. Por su asentamiento definitivo, y por fútbol. Por el mucho fútbol que tienen. Tomen nota; hablamos en Mayo.