Presionado por las deudas y crisis por la que atraviesa el club, Wilson Martínez decidió presentar su renuncia irrevocable a la presidencia de San José que quedó al mando de forma interina por el directivo Carlos García.
Se lo veía venir. Martínez no podía hacer frente a una crisis en el club orureño que debe unos cuatro meses de sueldo a sus jugadores que entraron en paro de actividades hasta que se les cancelo dos meses de sus salarios.
A esto se sumó la quita de puntos por parte del Tribunal Superior de Disciplina de la Federación por la deuda que tiene con tras exjugadores del club.
“Fueron más de dos años de mucho trabajo donde puse todo mi cariño, esfuerzos y dedicación a nuestro querido club. Tuvimos muchos éxitos y también cometimos errores pero siempre con la intención de que el club San José esté en los primeros lugares del fútbol boliviano. Logrando que a nuestra institución le den el lugar y respeto que le corresponde”, indica la carta que entregó Martínez a los socios del club.
El mando del club debería recaer en el vicepresidente Carlos Estrada, pero los socios decidieron que se haga cargo Carlos García.