Esta es la rocambolesca de Jackson Martínez, aquel delantero que llegó al Atlético de Madrid tras completar tres temporadas fantásticas en el Oporto donde anotó 92 goles en 136 partidos.
El Atleti pagó más de 35 millones de euros por su fichaje en lo que se prometía como el nuevo Falcao, por su procedencia, por su nacionalidad y por sus goles. Pero acabó en fiasco. Tras apenas 3 goles en 22 partidos fue vendido siete meses después al Guangzhou chino por 42 ‘kilos’.
Allí muchos aficionados españoles le perdieron la pista, pues en dos temporadas en China apenas jugó 16 partidos marcando cuatro goles.
Cierto es que sufrió lesiones de por medio y eso precisamente descubrió su otra pasión al margen del fútbol: la música.
El propio futbolista explica en #Vamos que “en un momento crítico de mi carrera, cuando tengo dos cirugías, eso provocó que yo alargase por dos años estar fuera de la cancha sin competir y en ese tiempo yo me dediqué un poco más a escribir y tomé la decisión de lanzar un álbum”.
Próximos partidos
“Mi música la definiría como centrada en compartir la palabra de Dios”, explica Jackson Martínez como demuestra en una de las estrofas de sus canciones:
“Reconozco que sin ti no soy nada Señor
Cada día quiero vivir en la comunión
Que me has dado por medio de ese gran salvador
Jesucristo, quien una nueva vida me dio”.
Quedará siempre esa gran duda de cómo el Atlético de Madrid sacó más dinero del que pagó tras su venta a la Superliga China, pero ese es un cuento chino que ahora queda minimizado por la nueva vida de Jackson: Cantante de música religiosa.