Cuando se lesionó Darío Benedetto, Guillermo Barros Schelotto comenzó a rotar en el ataque según el momento de sus futbolistas ofensivos y, también, en función del rival.
En este tiempo sin el Pipa, el Mellizo probó con Wanchope Ábila de nueve, con Tevez en esa pocisión y con Walter Bou. También probó sin una referencia en el área, como ante Estudiantes por la fecha 2 de la Superliga, partido en el que decidió utilizar un 4-3-3 con Cardona, Pavón y Mauro Zárate como "falso 9 ", dejando a Wanchope (en su lugar ingresó Nahitan Nández), su nueve natural, en el banco de suplentes para que los grandotes centrales del Pincha, Schunke (1.91 metros) y Campi (1.93 metros), no tuvieran referencias.
Sin embargo, la apuesta no le salió bien al entrenador Xeneize: durante el primer tiempo, Boca tuvo muy poca presencia en el área rival y ninguna ocasión para ponerse en ventaja, salvo un disparo de Cardona.
En el complemento, y tras el 1-0 de Estudiantes, el técnico reconoció que su prueba no había salido bien: a los 18 minutos mandó a la cancha a Villa por Nández y a Wanchope por Cardona, ubicando al cordobés como 9 clásico con Villa y Pavón como extremos y Zárate más retrasado.