"No les podemos dar minutos a todos". Guillermo Barros Schelotto reconoció, al comienzo del semestre, que Boca contaba con un amplio plantel para disputar la Copa Libertadores 2018, principal objetivo del Xeneize en el año.
Y es cierto, el Mellizo no pudo darles minutos a todos y, más de una vez, fue cuestionado por dejar a algunos jugadores en el banco de suplentes: que debía jugar Tevez, que tenía que poner desde el arranque a Wanchope, que Villa merecía un lugar entre los 11 o Benedetto estaba para jugar desde el minuto cero. Sin embargo, al técnico le dieron resultado sus decisiones, las que tomó antes de que su equipo saliera a la cancha y las que fueron sobre la marcha. Este domingo, el cambio obligado de Pavón fue la última prueba de ello.
Próximo partido
Y es que de los últimos diez goles de los 14 que hizo Boca en la fase eliminatoria de la Libertadores, seis llegaron desde el banco de suplentes, incluyendo el de Benedetto contra River en la primera final.
Los dos primeros habían sido en la vuelta ante Libertad por los octavos de final. En dicho duelo, Tevez y Cardona se encargaron de dar vuelta el 2-2 parcial para terminar festejando 4-2. Más adelante, el propio Benedetto se convirtió en héroe en las semifinales contra Palmeiras. En la ida, el Pipa entró a los 32 minutos del segundo tiempo y, con su doblete, le dio el triunfo al Xeneize, que hasta el momento empataba sin goles. En la vuelta, el delantero entró por Ábila y, ocho minutos después, le dio al conjunto del Mellizo el empate 2-2 con el que Boca celebró tranquilo el pase a la final, instancia en la que festejó un par de minutos después de reemplazar al lesionado Pavón. Está claro: el banco de suplentes le da soluciones al Xeneize y Guillermo sabe cómo usarlas.
