EDITORIAL
"El mercado francés es muy importante para nosotros" explicó Pep Segura, hombre fuerte del Barcelona en materia deportiva, durante la presentación de Eric Abidal como nuevo secretario técnico azulgrana. Uno de sus primeros movimientos ha sido la incorporación de Clément Lenglet sin olvidar que Robert Fernàndez, su predecesor en el cargo, trajo hace dos años a Lucas Digne y Samuel Umtiti y el verano pasado a Ousmane Dembélé. Y a pesar de no haber sido posible atar a Antoine Griezmann, cabe celebrar haber descubierto justo a tiempo al central del Olympique Lyonnais, cuando tenía veintidós años y costaba veinticinco millones de euros, una nimiedad vista la inflación del mercado y las prestaciones de Umtiti tanto con el Barcelona como con Francia, con la que ha disputado dos torneos y alcanzado dos finales para proclamarse campeón del mundo junto a Dembélé.
El delantero, sin embargo, no ha sido intocable como el central, titular en todos y cada uno de los partidos de Francia en el Mundial a excepción del intrascendente partido frente a Dinamarca que cerró la fase de grupos. Solo Australia, la Argentina de Leo Messi y la Croacia de Luka Modric e Ivan Rakitic ha logrado marcar ante la zaga que refuerza el central barcelonista y ninguno se ha acercado lo más mínimo a la victoria. En la final Umtiti se mantuvo en la línea exhibida desde su debut con la selección absoluta en la Eurocopa de 2016. Empezó como suplente para hacerse con la titularidad a partir de cuartos de final. No la ha soltado desde entonces y hoy es, probablemente, uno de los mejores centrales del planeta. Frente a Croacia volvió a hacerlo todo bien.
Defensivamente fue una roca. Salió victorioso en 4 de cada 5 duelos que disputó, recuperó 2 balones, interceptó otro y despejó el peligro hasta en 7 ocasiones, más que ningún otro futbolista de Francia. Ya en el minuto quince realizó una buena intervención para que Croacia se adelantara en el marcador y en el arranque del segundo tiempo cortó un peligroso contrataque de Mario Mandzukic. Apenas dos minutos después fue Ante Rebic el que chocaría con Umtiti y solo el gol de Mandzukic en el minuto 67 supone una mancha en su expediente, a pesar de que su entrega fuera buena y que el error que acabó con el segundo tanto del cuadro balcánico fuera responsabilidad de Hugo Lloris, demasiado dubitativo en la recepción.
Umtiti tiene hoy veinticuatro años y es defensa central titular y peso pesado de la selección campeona del Mundo. El Barcelona, de la mano de Fernàndez, tuvo un ojo clínico en su incorporación, que se realizó tras descartar la incorporación de Marquinhos Aoàs por una millonada. El objetivo era fichar al próximo central de oro en el paso previo a su consagración definitiva y el Barcelona lo ha logrado. Hace ya muchos meses que nadie duda de la calidad futbolística y humana de Big Sam, quien ya habla de la capital catalana como "mi casa" porque así lo siente. El club peleó desde enero para renovarle a falta de días para que arrancara el Mundial y hoy gana un sueldo acorde a su progresión, que no para de crecer. Piensen ahora en lo que podría costar si el Barcelona no se hubiera hecho ya con sus servicios. Solo cabría lamentar no haberle fichado cuando había que hacerlo.
