Colo Colo agiganta el trauma del último partido y no es más equipo de Libertadores

Siete encuentros directos con el arco de Marcelo Boeck se anotó Colo Colo en la primera mitad pero se fue a descansar en desventaja. Como no había a quién sorprender en la Ruca, todos fuera de ella se lamentaron por la cantidad infinita de ocasiones desperdiciadas y un panorama desalentador pero convencido de que era posible de revertir. Es que el visitante, Fortaleza, pegó muy fuerte y muy temprano y se conformó con un asombroso escenario... que se convertiría en algo todavía mejor: una clasificación a octavos de final de la Copa Libertadores.

Relato - Resumen

De a poquito se fue diluyendo el Popular en la Gloria Eterna. Después de imponerse en Brasil y dar cuenta de Alianza en Santiago, no supo ganar el partido que le faltaba para lograr la épica y se cayó tanto hasta llegar al compromiso de cierre sin su gente en la cancha y con un saco de goles en el arco de Cortés, que venía de recibir otros 4 en River y fallar en el gol de Moreira en Rancagua para redondear su semana más triste en el club.

Con las tribunas vacías los pupilos de Gustavo Quinteros dieron la pelea y mientras Silvio Romero y Moisés le hacían llorar pujaba con los tiros desde afuera del Maxi Falcón, Leonardo Gil, Pablo Solari y César Fuentes, además de cabezazos de Falcón y César Fuentes. Todas esas pelotas terminaron en las manos seguras de Marcelo, excepto la que se originó por el centro de Solari que cuando se prestaba para pinchar el Gato Lucero metió en su propio arco Brayan Ceballos.

Pese a que su visitante concretaba casi todo lo generado, los de blanco no se cayeron pero la roja de Jeyson Rojas los tiró directo al piso, junto con sus aspiraciones. Al marcador de punta lo echaron por ser el último recurso frente a Moisés, pero la figura providencial de la jornada igual iba a alcanzar su doblete, y prácticamente de inmediato, al ganar un duelo en velocidad como todo el día. Y si bien la lápida parecía establecerla la cesión de Romero para Yago Pikachu, que pudo definir a placer, un rápido descuento sembró la ilusión final. De un córner de Gil, cayó el segundo autogol de Ceballos -con la espalda luego de la anticipación de Pavez- y nadie estaba fuera hasta que no quedasen segundos.

Entonces Solari metió primera por la diestra y el pivoteo de Lucero le quedó ideal al Colorado Gil para una pirueta en el aire y posterior zurdazo a colocar. El Colo perdió 3 a 4, demostró vergüenza deportiva y capacidad de lucha pero el fracaso en la Copa lo transfiere directo a la Sudamericana, donde empezará en octavos de final y contra uno de los ocho líderes de grupo. Todo el nado para morir en la orilla y los fantasmas del juego definitivo están de vuelta. Y romper la historia se reserva para una futura ocasión.

• Los fracasos del sexto partido: