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Benfica-PSG: ¿Por qué Messi volvió a ser Messi?

Gambeteador y constante desde el comienzo de la temporada, Lionel Messi encuentra las estadísticas más en línea con su pasado en el Barcelona. Más pasador que goleador en los primeros partidos en el PSG, la Pulga está reequilibrando la balanza. ¿Por qué tanto contraste con su primer año con la camiseta parisina? Desde su cambio de vida hasta su estado físico, hay muchas razones para explicar esta metamorfosis que hoy empuja a París a querer renovar a la estrella.

Los problemas de adaptación quedaron atrás

Para explicar el primer año de Lionel Messi, la palabra adaptación aparecía una y otra vez. Ya sea en boca de Pochettino, Leonardo o incluso de Christophe Galtier y Luis Campos. ¿Qué se escondía detrás de una de esas tantas palabras abstractas que genera el fútbol?

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Primero está este cambio precipitado. En agosto de 2021, cuando regresó de vacaciones, el argentino estaba convencido de continuar su aventura con el FC Barcelona. Pero casi 48 horas después, cuando se entera de que el Barça no podrá recontratarlo, su clan retoma las conversaciones con el Paris. Y el caso se resuelve en casi cuatro días.

“Jugó y vivió en Barcelona durante casi 20 años. De un día para otro, sin que nada estuviera organizado, cambió de país, de equipo. Leo estuvo tres meses en el hotel y tuvo que lidiar con las mismas cosas con las que se enfrenta cualquiera cuando se muda a otro país: un nuevo alojamiento, una escuela para los niños…”

Aunque no encontró la casa de sus sueños, Messi se acostumbró a su vida parisina. Al igual que su esposa, Antonella Roccuzzo, quien visita regularmente algunos lugares exclusivos de la capital. Tantos elementos que entrarán en su reflexión a la hora de decidir su futuro cuando acabe contrato en el PSG el próximo mes de junio.

Físicamente está bien

La temporada pasada saltó a la vista su falta de explosividad y muchas veces se burlaron de su actividad por "caminar mucho sobre el césped" (los argentinos ya han escuchado críticas parecidas de parte de los que no comprenden el juego de Leo). Sin una verdadera preparación física, Lionel Messi no se salvó de una apretada agenda con numerosos viajes de ida y vuelta a Argentina para incorporarse a su selección. Todo embellecido por un contagio de Covid-19 contra el que luchó para recuperarse.

Esta temporada, los argumentos sobre los motivos de su fallida primera temporada con la camiseta parisina cobran más sentido. El pasado 5 de julio, el ex barcelonés volvió de sus vacaciones afinado y pudo seguir al pie de la letra el programa que el cuerpo técnico de Galtier tiene previsto para los jugadores. El resultado está ahí. Con sus doce partidos desde la reanudación, Messi es el jugador más utilizado en París.

No es de los que quieren saltarse un partido, por eso su entrenador le sondeó antes del partido ante el Niza (2-1). "Sabía que no había jugado mucho en el segundo partido con Argentina y después de hablar con él, me dijo que podía mantener su lugar y que no necesitaba respirar", explicó el técnico parisino tras la victoria de su equipo en la noche del sábado. Es cierto que no es el parisino que más corre, pero ya sea en su regate o en ciertas fases de presión, el contraste con la temporada pasada es llamativo.

Un reposicionamiento salvador

En ciertos encuentros la temporada pasada su posición en el campo era cuestionable. Colocado a menudo en la derecha, como fue el caso en Marsella (0-0, 24 de octubre de 2021), a Messi le costó expresar su talento. En primer lugar porque no estaba en condiciones físicas para jugar en un pasillo pero también porque su influencia se reducía.

Y fue cuando Pochettino le volvió a poner en el medio como en el Rennes (0-2, 3 de octubre) o cuando le ofreció más libertad, cuando pareció más cómodo. A su llegada, Christophe Galtier y Luis Campos lo habían imaginado evolucionando detrás de una dupla de ataque compuesta por Mbappé y un debutante capaz de jugar de pivote y que nunca llegó...

Eso no impidió que el nuevo técnico del PSG alineara al siete veces Balón de Oro en una posición de liderazgo que le sienta a la perfección: 7 goles y 8 asistencias en 12 partidos y una gran influencia en el juego de su equipo. Es el jugador de Europa que más pases progresivos realiza (107) muy por delante de Joshua Kimmich (74).

En el vestuario, más intercambios

Esta es una de las paradojas de su inicio de temporada. Messi perdió a sus compatriotas con los que era inseparable. Desde el Camp des Loges hasta sus vacaciones en Baleares, la Pulga hizo de todo con Di María y Paredes. En el vestuario parisino, el argentino no ha perdido el rumbo. Obviamente intercambia mucho con Neymar, Sergio Ramos, Keylor Navas y los hispanos en general pero también con Mbappé.

Entre sus familiares se dice que su relación con Galtier es excelente. En sus ruedas de prensa, el extécnico del Lille se refiere a menudo a los intercambios que puede tener con el mediapunta.Los dos hombres discuten casi a diario sobre la forma física del jugador, su posicionamiento y el análisis del rival. Un punto en el que la plantilla pudo notar el gran entendimiento táctico de Messi.

“Tengo un placer increíble verlo todas las mañanas en los entrenamientos y es un verdadero placer trabajar con él. Está bien de cabeza, muy contento de venir a entrenar todos los días. Es muy altruista, anima el juego y es muy generoso con sus compañeros”, dijo Christophe Galtier tras la victoria ante el Niza durante la que marcó su primero de falta desde su llegada a París.

En el Camp des Loges siempre se le describe como un chico discreto que no es el moderador del vestuario como Kimpembe o Neymar, pero que tampoco es mudo y que siempre completa todo su entrenamiento antes de volver a casa.

¿Una renovación? Lejos de imposible

En este punto, Luis Campos lo tiene claro: desea ardientemente renovar a Lionel Messi, cuyo contrato en París finaliza al final de la temporada. Pero de momento, el argentino solo piensa en una cosa: el Mundial, seguramente el último. Un gran objetivo que, según sus allegados, explica también sus ganas de hacer las cosas bien en el club más que las ganas de borrar las críticas a su primera temporada en París.

El maestro de la Albiceleste no cierra la idea de una prórroga en Francia pero aún no ha decidido nada. Para ello quiere esperar hasta después del Mundial y sobre todo tener todas las cartas en la mano para decidir cómo será su futuro. Y contrariamente a lo que asegura la prensa española, Messi no tiene (todavía) una propuesta del PSG entre manos.

En cuanto a los otros jugadores que quiere extender (Ramos, Verratti, Marquinhos, Kimpembe), Campos primero estudiará los contratos actuales de sus jugadores antes de abrir negociaciones. Pero según nuestra información, estaría dispuesto a ofrecerle un nuevo contrato de un año con otro año como opción.

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