Mikel Arteta ha tenido que trabajar mucho para lograr el éxito. Salido de la cantera del Barça como jugador, pero forjado en el Reino Unido (Rangers, Everton y Arsenal) previo paso por PSG y Real Sociedad, colgó las botas en Londres con la idea clara de ser entrenador.
Se formó a las órdenes de uno de los mejores, Pep Guardiola, que vio en Arteta un asistente con las condiciones idóneas para hacer progresar al City.
Pero a finales de 2019, tras la destitución de Emery, le llegó la oportunidad de su vida al serle ofrecido el puesto de primer entrenador del Arsenal, uno de los equipos de su vida donde estuvo cinco temporadas y acabó retirándose.
Las cosas no iban bien por el Emirates con un Arsenal que no carburaba y donde había muchos excesivos rumores de salidas de jugadores importantes así como futbolistas top bajos de forma. Además, la losa de la mala clasificación que invitaba a pensar en lo negativo de la situación (eran undécimos con 23 puntos y solo 5 victorias en 18 partidos).
Getty/GoalPese a no arrancar bien tras empatar ante el Bournemouth (1-1) en su estreno y caer frente al Chelsea en el último partido de 2019 (1-2), el nuevo año trajo una alegría a los gunners en forma de victoria al United en el primer partido del nuevo año (2-0).
Acabó remontando el vuelo y finalizando octavos, a tres puntos de Europa, pero sumando 15 victorias en los 27 partidos siguientes en el banquillo.
Pese a todo, fiaron su suerte a la FA Cup, competición que pudimos disfrutar en DAZN y tras dejar a varios rivales de entidad en la cuneta, se presentó en la gran final donde doblegó al Chelsea (2-1) con un doblete de Aubameyang, al que Arteta elogió y confirmó que es su punta de lanza para la próxima temporada y el eje sobre el que construir un proyecto con varios españoles (Bellerín y los cedidos Ceballos y Marí) y grandes estrellas (Pepé, Lacazette o Leno).
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