Ruben Uria BlogGoal

Barça: Algo que cuesta escribir y molestará leer

Lo siento. No les va a gustar leer este artículo, pero como escribir es meterse en problemas, vamos allá. Pérdidas salvajes, nos dicen. Guerra salarial, nos advierten. Rebaja necesaria de las fichas, insisten. Por tierra, mar y aire, los ‘satélites informativos’ del FC Barcelona se han propuesto que los dineros del club ocupen el día a día de un club envuelto en una calamitosa gestión y una moción de censura. Ante el impacto de la Covid-19, que se está revelando como la coartada perfecta para justificar cualquier negligencia anterior, los tentáculos mediáticos del club airean la cuestión de los dineros: la misión está clara, apelar al populismo para poner el acento en el dineral que ganan los jugadores y distraer al personal de lo realmente importante, quiénes lo han permitido, aplaudido y firmado. La maniobra mediática es de primero de nuñismo: filtra bien y no mires a quién. La fórmula es tradicional y efectiva: nos cuentan que la directiva siempre mira por el bien del club y los jugadores tienen más amor por el euro que por la camiseta.

Hace unas horas se publicó que no todos los futbolistas estaban de acuerdo en firmar el burofax que la plantilla envió al club para oficializar el rechazo del equipo a la propuesta de reducción salarial. Primero se dijo que aquello no tenía la firma de Ter Stegen, De Jong y Lenglet. Casualidades de la vida: tres jugadores que están en pleno proceso de renovación. Después irrumpió otra versión, que los que no habían firmado eran Ter Stegen, Pjanic, De Jong y Dest, mientras que Lenglet sí había rubricado el burofax, alinéandose con sus compañeros. Luego conocimos que el caso de Dest y de Pjanic tenía explicación, porque habían firmado un contrato que ya cumplía los nuevos parámetros económicos que demanda el club. La famosísima rebaja de salarios que, por lo visto, también le han puesto sobre la mesa a Antoine Griemzann. En el club, siempre originales cuando se trata de hablar del dinero ajeno, se habla de un proceso de ‘calendarización’ de salarios. El club apunta y filtra, parte del periodismo compra y vende, y el aficionado juzga y castiga. El asunto es muy sencillo: los que no firman son héroes que le hacen mucho bien al club y los que han firmado son peseteros. De manual. Divide y vencerás.

La realidad es que, la plantilla considera, con sentido común y sin hacer demagogia barata, que su contexto es absolutamente diferente al resto de empleados del club, por lo que no cabe un tipo de negociación conjunta. No es que no entienda la situación y no acceda a bajarse el sueldo, es que el club pretende mezclar churras con merinas. Precisamente por eso, como avanzó la Cadena SER,  los futbolistas no tienen previsto acudir a la primera reunión con la empresa para las negociaciones. A eso hay que añadir que el Comité de Empresa, que es el máximo representante de los trabajadores y no se alimenta de la propaganda espolvoreada por el club, está de acuerdo con los jugadores, ya que nada tiene que ver el sueldo de los empleados del club con el de la plantilla. Y a todo eso cabe añadir que el pasado marzo, el vestuario accedió a rebajarse un 70% el salario durante el estado de alarma, haciendo también aportaciones para que los empleados del club pudieran cobrar el 100% de su sueldo mientras durase la terrible situación por culpa de la pandemia.

De propina, detrás de toda esta cortina de humo direccionada contra el vestuario y su presunto amor por el euro, está una cuestión fácil de entender. Parte de la plantilla no considera que el actual presidente y su junta sean interlocutores válidos para rebajar otra vez el sueldo de los jugadores, porque en apenas unos días tendrá que convocarse un referéndum de voto de censura que podría provocar la dimisión de toda la directiva. De cajón de madera de pino. Lo normal sería esperar a saber qué pasa con esa moción de censura y después, si toca, negociar la rebaja de salarios de los jugadores. Con la junta actual si es refrendada, o con una gestora si la actual dimite en bloque.

Cuesta escribirlo y molesta leerlo pero...Si el club ya sabía que su situación económica era terrible y tenía que proponer a los jugadores otra rebaja salarial ¿cómo ha tomado la decisión de fichar jugadores en este mercado por 125 millones de euros? ¿cómo puede ser que el Barça sea el tercer equipo de las grandes ligas que más dinero ha gastado después del Chelsea y del City? Pérdidas salvajes, nos dicen. Guerra salarial, nos advierten. Rebaja necesaria de las fichas, insisten. Oído cocina, pero nadie que no tenga un mínimo respeto por la realidad podría tragarse que el caos del club se solucionará echando el muerto a los jugadores y dejando que el personal se pase el día llamándoles peseteros en las redes sociales.  ¿Alguien se puede creer que la culpa de lo que pasa en el Barça es cosa de los jugadores porque ganan mucho dinero? La respuesta tiene dos letras, pero la palabra es una sola.

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