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A Luis Suárez le sienta bien la responsabilidad


EDITORIAL

A Luis Suárez le sienta bien la responsabilidad, qué duda cabe de ello a estas alturas, cuando ha logrado meterse entre los cinco mayores goleadores del Barcelona de todos los tiempos. Por delante solo tiene a leyendas de la talla de Leo Messi, César Rodríguez, Ladislao Kubala y Josep Samitier, que vivieron -en la mayoría de los casos- el grueso de su carrera en azulgrana. El uruguayo no. Él llegó con veintisiete años y una sanción que le impidió tener minutos hasta tres meses después del inicio de la competición. Cuatro años más tarde, cuando cuenta treinta y uno, ha recuperado su mejor nivel coincidiendo con el nacimiento de su tercer hijo, Lautaro, y con la ausencia por lesión de Messi.

En otras palabras, cuando ha hecho más falta ha estado allí. Ya dio un paso al frente el 20 de octubre, cuando el rosarino cayó lesionado ante el Sevilla. Messi se marchó al vestuario a la media hora y a pesar de haber dejado encarrilado el resultado con un gol y una asistencia a Philippe Coutinho, la diana que lograría Suárez en el segundo tiempo resultaría fundamental para dejar en un mero intento de remontada los dos goles con los que respondió el cuadro andaluz. Cuatro días más tarde, el 24, nació Lautaro y su padre, el delantero centro titular del Barcelona y de la selección uruguaya, se reencontró definitivamente consigo mismo.

Dio la asistencia del gol con el que Rafinha Alcántara abrió el marcador frente al Inter y luego se hizo amo y señor del Clásico para regalarle un hat-trick a su retoño recién nacido. Volvió a ser decisivo en la remontada a domicilio del Rayo Vallecano con dos goles y a pesar de que en San Siro se quedara sin ver puerta no fue porque no lo intentara. Remató en nueve ocasiones, solo una vez menos que el Inter al completo, y se convirtió en el jugador de la presente edición de la Champions League que más remates ha completado sin marcar, con un total de veinticuatro. Diecisiete han sido en los dos partidos contra el Inter.

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Sin embargo, el gol se le resiste en Europa lejos del Camp Nou. Acumula ya 1.149 días, algo más de tres años, sin ver puerta lejos de casa en la máxima competición continental. Pero esta vez su partido en San Siro fue distinto a otros lejos del Camp Nou, y logró triplicar los intentos que realizó tanto ante el PSV como ante el Tottenham. Es una muestra más de que la responsabilidad le sienta de maravilla al uruguayo, que regresa de Italia sin marcar y sin amarrar la victoria pero con unas sensaciones a la altura de su mejor versión. Solo queda volver a juntarle con Messi a partir del próximo domingo y sentarse a verles de nuevo juntos en acción.

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