Un desequilibrio fuera de lo normal. Velocidad para correr en los espacios grandes, destreza para resolver situaciones en el mano a mano, capacidad para aguantar las movidas aguas del mediocampo, donde los marcadores acostumbran a tocar rivales sin hacerles falta, a desgastarlos.
Pero se acabó. El jugador que tomaba el balón en la mitad de cancha y generaba peligro por su capacidad de desequilibrio físico no existe más. Cristiano Ronaldo confirmó en la temporada 2016/17 que su perfil necesita un cambio definitivo en la manera en la que juega al fútbol. Inconscientemente, quizás, CR7 se encontró con situaciones que antes le resultaban extrañas: dejaba de ganar en un mano a mano en velocidad, por ejemplo. O carecía de coordinación para construir una jugada con muchas fases de juego. Y, por otro lado, el portugués se volvió aún mejor que nunca para resolver de manera directa, efectiva y resolutiva. El arte de la simpleza. Especialmente en el área.
Nunca pareció más obvio que ya no tiene sentido que Cristiano Ronaldo enloquezca cerca de las bandas. Y la explicación tiene varias razones.
La excelencia del Killer
En la última Liga, Cristiano Ronaldo hizo 25 goles: de estos tantos, 22 fueron adentro del área y sólo tres afuera. En la Champions League, la tendencia fue aún más evidente: de once tantos, sólo uno se marcó afuera del área (para tener un contexto: en el campeonato de España, Messi hizo 28 tantos, de los cuales nueve fueron afuera del área).
Próximos partidos
Siempre fue bueno, pero hace un tiempo que CR7 se perfecciona en la técnica de la definición. No se trata sólo de pegarle bien al balón. El portugués es uno de los mejores en cuanto a encontrar el mejor lugar para recibir, reconoce a la perfección los momentos de aceleración para desmarcarse, hasta es bueno indicando los pases a sus compañeros.
Menos desgaste, más fútbol
A los 32 años, da la sensación de que Cristiano Ronaldo podría jugar hasta los 40. Con contrato en el Madrid hasta el 2021, la carrera del portugués depende de la 'suerte' por no tener lesiones importantes ni heridas de las que no se pueda recuperar. En ese sentido, Zidane trazó un plan maestro en la temporada pasada, en la que guardó a su figura en momentos que no parecían tan fundamentales y lo expuso en las situaciones clave. Rindió a lo grande.
Con la carrera de Ronaldo pasa algo similar: mientras corra menos, se exponga menos a los golpes y se desgaste menos en el campo de juego, más años de carrera gozará.
Los puntos de vista de CR7 y Zidane
"Puedo asegurar que nunca jugaré de centrodelantero. Es cierto que no soy el mismo jugador que hace diez años cuando comencé a jugar en el Sporting, incluso en el Manchester United, donde era un extremo puro que regateaba, centraba… Pero más tarde empecé a ver el fútbol de otra manera", declaró Ronaldo. Y Zidane comentó en abril del 2017: "Siempre ha jugado de extremo y a veces, por su calidad, juega como centrodelantero. Pero su posición es extremo y esto nadie lo va a cambiar. Sus 400 goles dicen que ahí está bien. Es algo que no podemos olvidar. Con su calidad puede jugar en otro sitio, pero todos saben cuál es su posición".
Lo cierto es que, a esta altura, la situación no parece depender sólo de Ronaldo: en algún momento deberá imperar la situación del Real Madrid, que con la salida de Morata perdió un centrodelantero que aportaba muchos goles y sólo se quedó con Karim Benzema al frente del barco.
Lo que necesita el Madrid
Así como Lopetegui se animó a hacerlo en el partido entre España e Italia, por las clasificatorias europeas (apostar por Isco y Asensio en el ataque), Zinedine Zidane bien podría lanzarse definitivamente: la sensación es que Isco, tras un final de temporada brillante y un comienzo en la 2017/18 aún mejor, ya se ganó su lugar en el tridente de ataque. Cristiano Ronaldo, por supuesto, no está en duda. Entonces, queda un lugar para tres con cartel importante: Gareth Bale, Karim Benzema y Marco Asensio.
La sensación es que Asensio no puede esperar más y necesita la mayor cantidad de minutos para terminar de explotar todo su potencial, mientras que con Bale y Benzema pasa al revés. Van de mayor a menor. Si Ronaldo centrara definitivamente su juego, le daría espacio a Isco y Asensio, además de conformar un ataque con muchas opciones de juego
