Cristiano Ronaldo Real Madrid Barcelona El Clásico LaLiga 23122017Getty

Pesadilla antes de Navidad

OPINIÓN

El Clásico le llegaba al Real Madrid en su mejor momento de la temporada. Tras golear al Sevilla y haber conquistado el Mundial de Clubes con solvencia ante Gremio en la final. Y bien que lo demostraron con el pitido inicial. Con Kovacic en el once inicial y una presión en todo el campo, con marcajes casi individuales, el equipo blanco desarmó a un Barcelona que no supo encontrar los mecanismos para salvar el acoso local. El dominio era claro, y Cristiano Ronaldo y Karim Benzema -con un remate al palo-, estuvieron cerca de materializarlo en el electrónico.

Sin embargo, el Barcelona fue cogiéndole la temperatura al Clásico, y aunque no tenía la bola, sí que tuvo ocasiones. Concretamente, dos de Paulinho antes del descanso que desbarató Keylor Navas -inmenso hoy-. Esas oportunidades le dieron esperanza a los blaugranas. O más bien, la certeza de que su plan podía salir bien aun sin la posesión. Y su paso por los vestuarios sirvió para refrendarlo. Quién sabe lo que le dijo Valverde a su equipo, o Zidane a los suyos, pero el inicio de la segunda parte fue un vendaval blaugrana que se llevó por delante a un Real Madrid incrédulo. Habían llevado el peso del partido, pero no el de los goles. Y qué goles.

El primero llegó en el 52, después de un balón robado en campo propio por Busquets. Demasiado centrado en la marca a Messi, Kovacic le abrió pista a Rakitic, y la triangulación con Paulinho y Suárez acabó en un 0-1 de pizarra. Y sin saber qué hacer, los blancos hundieron un poco más el cuerpo en el fango apenas unos minutos después. Una jugada embarullada dio con una mano de Carvajal para salvar un gol bajo el larguero, con su consiguiente expulsión, y el gol de Lionel Messi de penalti. Que además lo celebró con retranca ante la grada blanca. El Clásico cuesta arriba y con diez sobre el campo. Peor, imposible. 

Salieron Gareth Bale y Marco Asensio, pero con un jugador más, el Barcelona no dejó escapar el balón ya. Los blancos sólo llegaban en ocasiones esporádicas, fruto de errores blaugranas, aupados también de la clásica épica de las finales. Pero esta vez sin milagro. Y Bale y Ramos lo tuvieron en sus manos. Pero no iba a ser el día del Real Madrid. Al contrario, en el descuento todavía marcaría Aleix Vidal el tercero para los visitantes.

El pitido final llegó con el 0-3 en el marcador, con Carvajal expulsado y Benzema silbado, y con la sensación de no tener muy clara ni la explicación ni la solución a la paradoja de que en cuatro meses el Real Madrid ha pasado de arrasar en los Clásicos de Supercopa a tener ahora La Liga finiquitada a 14 puntos de distancia (con un partido menos). Una auténtica pesadilla antes de Navidad.

Anuncios