EDITORIAL
Ha llegado la hora. Hoy Andrés Iniesta disputará el último de los seiscientos setenta y cuatro partidos con los que el jugador que más veces ha vestido la casaca azulgrana saldará veintidós años en el club de su vida, dieciséis de los cuales han sido como miembro de una primera plantilla de la que se despedirá como capitán y jugador más laureado de todos los tiempos junto a Leo Messi.
"Iniesta es la viagra de los catalanes"
"Queremos despedir a Andrés con una victoria" aseguraba Ernesto Valverde, el último de los nueve entrenadores que ha gozado del privilegio de contar con Iniesta durante su etapa en el Barcelona. "Significa mucho haber entrenado a Iniesta por todo lo que estamos viviendo, sabemos lo que significa para este club desde fuera y cuando estás dentro lo tocas con los dedos, para mí ha sido un honor dirigirle este año" señalaba el 'txingurri' en la víspera de la despedida del que ha sido su primer capitán.
Próximo partido
Porque a pesar de que tiene contrato hasta el próximo 30 de junio este es el último fin de semana 'de facto' de Iniesta como jugador barcelonista. Apenas concluya la temporada se incorporará a la concentración de la selección española y se preparará para disputar su cuarto Mundial ocho años después del gol que le dio a España su primera -y única hasta la fecha- Copa del Mundo.
En este contexto, el manchego quiso ofrecer a sus compañeros una barbacoa antes del entrenamiento en señal de agradecimiento. Como capitán y como persona. "Hubo un ambiente distendido, un poco de carne y ensaladas, nada especial pero ha estado muy bien" comentó Valverde, quien ya ha aceptado que el año que viene el equipo perderá a una de las referencias más importantes de la última década.
"No tenemos que caer en el error de buscar una réplica de Andrés porque no la hay" repite desde hace semanas Valverde, preparando a la afición ante lo que puede ser la próxima temporada. "Hay jugadores con perfiles que se parecen como Carles Aleñá, Denis Suárez o Philippe Coutinho, que es más ofensivo". Las posibilidades son varias y a pesar de que nada vuelva a ser lo mismo sin Iniesta lo cierto es que la vida sigue como siguió después del adiós de Xavi Hernàndez o Carles Puyol.
Es mejor haber amado y haber perdido que nunca haber amado. Con Iniesta sucede un poco lo mismo. Cuando el manchego llegó a la élite siento un paliducho mequetrefe que dejaba boquiabiertas a las estrellas del primer equipo se sabía que estaba llamado a grandes cosas pero ha acabado pulverizando todas las previsiones, convirtiéndose en un jugador elemental y definitorio de un equipo que cambió para siempre la historia del fútbol.
