Todo el mundo del fútbol sabe de la enorme trayectoria y jerarquía de un jugador como Roberto Carlos. Pero en 1994 era difícil saber el monstruo ante el cual se enfrentaba Boca en aquella fase de grupos, que además estaba compuesta por Vélez, que terminó siendo el campeón, y Cruzeiro, con Ronaldo como principal figura.
Y el Xeneize pasó papelones con un equipo conducido por César Menotti que se clasificó a esa edición de la Copa Libertadores por el título obtenido dos años atrás con el Maestro Tabárez. Sólo derrotó a Palmeiras en La Bombonera (2-1), tomándose una pequeña revancha de la ida.
¿Cómo le fue a Boca contra equipos brasileños?
En Sao Paulo, la historia fue diferente. Cléber, tras dos enormes atajadas de Carlos Navarro Montoya, puso el 1-0 en el primer tiempo. Boca aguantó ante un Palmeiras sumamente ofensivo. Hasta que todo desbordó: a los 6 minutos del complemento, el Verdao sumó gente en ataque, hizo que la defensa visitante se cierre completamente y, por afuera, apareció el nuevo crack. Roberto Carlos surgió a una velocidad inalcanzable para Soñora y remató cruzado con su potencia característica.
Fue baile: en los siguientes 30 minutos, Palmeiras marcó otros cuatro goles en un papelón histórico. Manteca Martínez descontó sobre el final.
El destino volvió a cruzar al lateral ante el Xeneize. Fue en el 2000, cuando vistió la camiseta de Real Madrid y esta vez le tocó a él marcar el tanto, pero del descuento de la Copa Intercontinental 2000, en Japón. Curiosamente, en aquella Libertadores, Boca se coronó campeón en el Morumbí ante Palmeiras.
