Estudiantes Boca Ricardo Centurion Guillermo Barros Schelotto 060517

Cómo Guillermo y Centurión le torcieron el brazo a Angelici

La movida fue digna de una partida de ajedrez. Ricardo Centurión, como buen gambeteador, fue un alfil que tiró diagonales para todos lados. Coqueteó con el retiro, barajó la posibilidad de tener un tercer ciclo en Racing y se fue a Italia para aceptar una propuesta cuyo verdadero objetivo era meterle presión a la dirigencia de Boca. La postura de Guillermo Barros Schelotto, en cambio, fue digna de una torre, siempre firme en su objetivo de retener a su número '10'. Entre los dos terminaron consiguiendo algo que no sucede a menudo: poner en jaque a Daniel Angelici, el rey.

Es habitual que en el fútbol argentino los jugadores hagan fuerza para que los vendan cuando llegan ofertas millonarias de ligas económicamente más poderosas. También sucede lo contrario: futbolistas que piden regresar de aquellos países en donde no pudieron adaptarse al único lugar en donde alguna vez fueron felices. Lo que hacía rato que no ocurría -mucho rato- es que alguno pida, con tanto ahínco, quedarse. El caso de Ricky es paradigmático en ese sentido y fue su propia voluntad la que esencialmente hizo posible que se concretara su continuidad. Si llegó a hacerse la revisión médica y quedar a horas de firmar su contrato fue Genoa fue solo para que desde Buenos Aires apuren, de una vez por todas, la propuesta que lo mantendría en el club.

La otra voluntad, tal vez la más importante, fue la del Mellizo. Así como el presidente marcó la cancha en aquella entrevista con Clarín en la que aseguró que era él el que traía a los refuerzos, unos metros más atrás apareció el DT para correr esos límites. Desde el preciso momento en que Mauro Vigliano pitó el final del Boca-Unión, decretando así el final del torneo, la lucha del entrenador pasó a ser mantener el plantel que lo llevó a ser campeón. Fueron incontables llamadas al jugador, casi diarias, para llevarle tranquilidad y prometerle que su futuro en el equipo estaba asegurado. Fueron incontables llamadas al máximo dirigente para convencerlo de los motivos por los que debía romper el chanchito

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La intención de la cúpula dirigencial de Boca fue, como en las últimas épocas, estirar la negociación. El desgaste suele ser una táctica efectiva, pero también peligrosa, ya que existe la posibilidad de que se convierta en fastidio y, en última instancia, desinterés. Esta vez, fue contraproducente: mientras Angelici creía que acomodaba el tablero a su favor, las piezas se fueron ubicando para tenerlo justo donde lo querían. Al final, tuvo que conceder.

Serán 5 millones de dólares por el cien por ciento de la ficha los que terminará poniendo el Xeneize, la misma oferta que hicieron los italianos. Tres y medio viajarán a Brasil y uno y medio será para Racing. El contrato con el jugador será por tres años. Jaque mate.

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