Arturo Vidal sabe que semana a semana está avanzando en la consideración de Ernesto Valverde. Este sábado, de hecho, Txingurri decidió que el chileno estuviese, por segunda vez, en el once estelar del Barcelona. Y nuevamente lo sacó antes de que el juego superara el minuto 90.
Tras el éxodo de Sergi Roberto, que impulsó a Valverde a rotar el mediocentro con el ingreso de Sergio Busquets, Lionel Messi emergió desde el banco y los culés prescindieron del ex Bayer Leverkusen (55'), que se fue a sentar con un semblante de preocupación y disconformidad por la decisión técnica. No se la creía.
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Es que el Rey siempre quiere estar y su actuación en el Camp Nou lo avalaba para permanecer. Acertó 34 de los 37 pases que intentó (fue el más preciso de la zona media), amagó la chance de Iñaki Williams atosigándolo hasta que atinó a rematar, ya fuera de su ángulo gracias al seguimiento del 22, y filtró un balón que rompió la línea defensiva del Athletic Club pero que resolvió con solvencia Unai Simón ante la aparición de Luis Suárez. La mejor combinación de los dos que, a esa altura, eran los mejores del campo.
Arturo es víctima de los prejuicios del Barcelona
Vidal ya es importante en el Barça y no es casualidad que entre en el equipo cuando se impone la rotación -hoy, por encima de Arthur-. Justo en la previa de una dura semana con compromisos agendados ante Tottenham (Champions) y Valencia (LaLiga).
