ANÁLISIS
Dicen que es difícil ser profeta en tu tierra. Quizás eso es algo que entenderían bien Lionel Messi y Paulo Dybala. Uno es el mejor jugador del mundo, el otro llamado a ser su sucesor. Ambos argentinos. Sin embargo, ninguno de los dos ha podido debutar en la Primera División de su país.
Messi y Dybala son el presente y el futuro de una Selección Albiceleste hoy sin entrenador tras el cese de Edgardo Bauza. Llegar al Mundial y cómo actúa el equipo en la Copa si logra el pase para Rusia, dependerá mucho de ellos. Y este miércoles, serán dos de las grandes atracciones del Juventus-Barcelona en la Champions League.
Eso no es nada nuevo. Los mejores futbolistas argentinos siempre han emigrado a Europa, desde Alfredo Di Stéfano y Omar Sívori hasta Diego Maradona, Juan Román Riquelme y muchos más. Pocos, sin embargo, han salido sin poder demostrar su talento en la Primera División.
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El caso de Messi es bien conocido. El cinco veces ganador del Balón de Oro llegó al Barcelona desde Newell's a los 13 años después de que el club catalán decidiera pagar su tratamiento por un problema de crecimiento. Y cómo creció. No obstante, siempre hubo dudas en Argentina, con muchos acusando al jugador de ser un "pecho frío", o diciendo que no le interesaba la Selección, o que era un mercenario, o que no se sentía argentino. Teorías no faltaban para los que hablaban sin saber.
Y todo aquello, en gran parte, porque nunca jugó a nivel profesional en Argentina. Messi, claro, ha ganado un oro olímpico con la Albiceleste (sub-23) y también un Mundial sub-20. Con la Selección absoluta, sin embargo, ha habido una especie de maldición: tres finales seguidas, todas perdidas (dos Copas América y una Copa del Mundo).
Aún dudan de él algunos. Pero lo que no ven o no quieren ver es que nadie ha hecho más que Leo para arrastrar al equipo a esas finales. Siguen dudando de lo que en Barcelona ya nadie duda: que Leo es el mejor jugador de todos los tiempos.
La historia de Dybala es distinta. Paulo sí jugó en Argentina, aunque lo hizo en Segunda con Instituto de Córdoba. No tardó en brillar, con 17 goles en 40 partidos. Lo llamaban La Joya y los jugadores jóvenes tan talentosos no se quedan mucho sin ir a Europa. Así fue. Lo fichó el Palermo y después de tres temporadas con el club siciliano (una en la Serie B), lo vino a buscar la Juventus.
Ahora tiene 24 años. Tan impresionante ha sido su progreso que -injustamente, pero como siempre ocurre- ya lo comparan con Messi. A él no le gusta esa comparación, como es lógico, aunque ya se habla del atacante del club bianconero como la próxima gran estrella del fútbol europeo - y también como futura contratación para el Barcelona o el Real Madrid, los dos clubes más grandes del mundo.
Como Messi, Dybala nunca jugó en la Primera de Argentina. Como Leo, Paulo podría haber jugado con otra Selección (en su caso Italia o Polonia). Pero como el cinco veces ganador del Balón de Oro, él se siente argentino. Y como su compañero de la Albiceleste, será una de las grandes atracciones del partidazo de este miércoles entre Juve y Barça. De eso, los argentinos deberían sentirse orgullosos.
