En el fútbol, como en cualquier ámbito de la vida, hay decisiones que marcan el futuro de las personas. Con Isco Alarcón, recientemente renovado por el Real Madrid, no fue distinto el día que Unai Emery se cruzó su camino.
Nos situamos en la temporada 2010/2011 y una joven promesa maravillaba en las categorias inferiores del Valencia. Isco se postulaba como el claro heredero de David Siva, que un año antes había hecho las maletas para irse al Manchester City. Todo el mundo parecía verlo, todos menos Emery.
Todas las noticias del Real MadridEl técnico, tras la pretemporada, llamó a filas al de Arroyo de la Miel, y le comunicó que su sitio estaría en tercera división, ayudando al filial a recuperar la división perdida tan solo un año antes. Emery fue claro con Isco, diciéndole que sus oportunidades estarían contadas.
El entrenador no dio su brazo a torcer ni después del fantástico debut del mediapunta en Copa del Rey ante el Logroñes, encuentro que terminaría 4-1 con dos goles del joven jugador. Isco terminó aquella temporada disputando tan solo 200 minutos con el Valencia entre todas las competiciones y decidiendo abandonar el club.
La temporada siguiente, el Málaga puso los 6 millones de la claúsula de rescisión de Isco, y a partir de entonces el jugador no dejó de crecer hasta convertirse en una figura del Real Madrid y de la selección.
La advertencia de Isco al mundo del fútbol
Emery nunca se arrepintió de aquella decisión e incluso criticó al jugador en su libro 'Mentalidad ganadora: el método Emery’. En él, el vasco calificó al mediapunta como "un futbolista con cierta indisciplina y tendencia a engordar”.
La realidad es que el Valencia perdió a la mayor perla de su cantera de los últimos años, y ahora desde la ciudad del Turia se ven con recelo los triunfos del talentoso jugador. Esa amargura de lo que pudo ser y no fue. El día que Unai Emery decidió descartar a Isco.
