Marcelo Gallardo no va a renunciar ante un mal resultado contra Godoy Cruz, ni River va a quedar afuera de ninguna pelea. Pero el DT, con los entrenamientos de la semana, dio indicios de la importancia que tiene el choque de este domingo, sobre todo después del duro traspié que significó la caída frente a Lanús del último fin de semana.
Entre rumores de pelea en el vestuario y rendimientos muy por debajo de lo esperado, el River Camp se transformó esta semana en un laboratorio donde eran pocos los jugadores del último equipo titular que tenían garantizado su lugar ante el Tomba: el arquero Armani, indiscutible en dos partidos; Martínez Quarta, el único defensor que no desentonó; Leo Ponzio, el alma del equipo; y Lucas Pratto, la gran apuesta del mercado de pases. El resto, todos prescindibles.
Para empezar, el Muñeco tenía dos bajas confirmadas y de renombre: Enzo Pérez por suspensión y el Pity Martínez por una lesión muscular. De los dos, el ex-Huracán parecería el único inamovible, ya que el mendocino aún deambula buscando una posición en el mediocampo.
La única certeza que hubo en el transcurso de los días fue el esquema: 4-2-2-2. La inamovible línea de fondo con cuatro futbolistas, un doble cinco de contención, dos jugadores de creación y dos puntas definidos. Para el lateral derecho tenía casi decidido que regrese Camilo Mayada, pero finalmente Gonzalo Montiel tendrá una chance más. Y después de las dudas, con tres nombres para dos puestos, Maidana y Saracchi se quedaron con los lugares vacantes de la defensa, donde el único asegurado era Martínez Quarta.
Para el centro del campo, el Muñeco decidió que sea tiempo del debut absoluto de Bruno Zuculini, mientras que Juanfer Quintero, el otro de los refuerzos, estará unos metros más adelante; y el puesto vacante, que empezó con la continuidad de Nacho Fernández, finalmente y de forma inesperada será de de Nicolás De La Cruz.
Próximo partido
Y tal vez la máxima sorpresa llega en la delantera, porque Scocco parecía intocable pero en el último ensayo se le abrió la puerta a Rodrigo Mora y jugará desde el inicio. Un sinfín de evaluaciones para un partido que, en los papeles, no pareciera ser determinante; pero, para Gallardo, lo es y mucho para volver a reencontrarse con la gente que mantiene su total devoción.
