Rodrygo:
Tras los pasos de las leyendas de Brasil


Por Tom Maston y Bruno Andrade

En el mundo del fútbol, la es moda etiquetar a cada joven jugador con talento como la versión más nueva de una estrella que ya existe, en lugar de permitirles construir una imagen propia.

Los jóvenes se sienten abrumados por la presión de tener estar a la altura de los mejores jugadores de la historia. Para Rodrygo, que creció en Sao Paulo, no fue diferente.

Fue apodado como el "nuevo Neymar" por los medios brasileños con 12 años, ya que un año antes se había convertido en el atleta más joven en firmar un acuerdo de patrocinio con Nike.

"Creo que es difícil que me beneficie de alguna manera, porque creo que siempre saldré perdiendo en esta comparación", dijo Rodrygo a Goal en una entrevista exclusiva después de ganar el premio NxGn 2020 que elige al mejor jugador joven del planeta.

“Estamos hablando de Neymar, que es un ídolo por todo lo que hizo y logró. Estoy empezando, así que compararme con él es un poco difícil. Aún así, es bueno, porque es una señal de que estoy haciendo algo bien y estoy demostrando algo en el campo, pero siempre habrá algo malo en la comparación con un ídolo. Siempre dije que quiero evitar estas comparaciones. Es una presión innecesaria que termina recayendo sobre mí. Doy gracias a Dios que siempre pude decir que no quería que me compararan y luego nunca hubo mucha discusión. A veces las hay, pero viene de afuera, por lo que no interfiere mucho en el campo”, explica.

Rodrygo no quiere pensar en si puede alcanzar los logros del jugador más caro del mundo, pero las primeras señales son que el extremo del Real Madrid está en camino de convertirse en una superestrella por derecho propio.

Fichado desde el Santos a cambio de 45 millones de euros a los 17 años, el adolescente brasileño llegó a la capital española en la temporada 2019-20 con la idea de que estaría buena parte de la campaña estaría al con el Castilla en Segunda División B. Pero las lesiones de los fichajes más caros, Eden Hazard y Luka Jovic, a finales de septiembre hizo que Zinedine Zidane lo impulsara a debutar con el primer equipo.

A los 93 segundos de haber entrar al campo en su debut contra Osasuna, mandó el balón a la red, después que su disparo fue desviado por un defensa. ¿Su celebración? Una reverencia a cada esquina de Santiago Bernabéu. Los madridistas tenían un nuevo héroe que adorar.

Nacido en enero de 2001 y criado en la región de clase media de Osasco, Rodrygo no tuvo más remedio que sentirse atraído por el fútbol. Su padre, Eric, disfrutó de una carrera de muchas idas y venidas en las ligas inferiores del fútbol brasileño, jugando en todos los niveles hasta la Serie B con nueve clubes diferentes.

Aunque solo tenía 16 años en el momento del nacimiento de Rodrygo, tenía claro que quería que su hijo lo siguiera en términos profesionales aunque no siempre pudo ejercer activamente como padre por su carrera.

“Mi padre, porque también era jugador, a menudo necesitaba tenía que estar con sus clubes, viajaba mucho de un lado a otro, es normal en la vida de un jugador. Siempre lloraba mucho por eso, porque a veces estábamos en diferentes ciudades. Fue mi mayor dificultad, pero al mismo tiempo, me ayudó a madurar mucho”, recuerda Rodrygo.

“Mi madre no aparece mucho cuando cuentan la historia de mi vida, pero es esencial, tal vez incluso más que mi padre. Ambos están muy presentes. Mi papá, porque él es del mismo gremio, porque jugaba al fútbol. Pero mi madre también entiende mucho de fútbol y hablábamos mucho a diario. La familia lo es todo para mí. Es mi base. Ellos son los que me apoyan todo, van conmigo a todas partes. Ellos lo son todo para mí.”

Pasaba todo el día fuera, iba a la escuela temprano y luego me quedaba allí toda la tarde. Cuando estudiaba por la tarde, me despertaba temprano para jugar al fútbol hasta el horario escolar.

“Fui a la escuela temprano y luego me quedé allí toda la tarde. Cuando estudiaba por la tarde, me despertaba temprano para jugar al fútbol hasta el horario escolar. Llegaba a casa de la escuela y jugaba un poco más por la noche. Siempre jugué al fútbol, así como a las escondidas y a todos los demás juegos al aire libre”, rememora contemplando su infancia.

Fuera del fútbol le entusiasma el skate y el surf (todavía asiste a competiciones de surf como espectador durante su tiempo libre en Madrid) pero el fútbol era comprensiblemente donde estaba el foco en la juventud de Rodrygo.

Fue inscrito en la academia de Santos a la edad de 10 años, jugó por primera vez en el equipo de fútbol sala, al igual que el jugador cuyos pasos su padre esperaba que siguiera, Robinho.

A principios de la década de 2010, Robinho seguía siendo una de las caras más reconocidas en el fútbol mundial, incluso después de que su marcha al Manchester City no saliera de la forma en que él y su nuevo club esperaban.

Robinho también comenzó su carrera en Santos, jugando más de 100 juegos en la Serie A para los uno de los clubes brasileños más grandes antes de irse a Europa a los 21 años.

Una década más tarde, Neymar siguió un camino casi idéntico, ya que él también acumuló un centenar de partidos con el Santos antes de cambiar Brasil por el Barcelona cuando acababa de cumplir 21 años.

El dúo de alas de extremos es uno de los dos pilares del Santos moderno: jugadores que han dejado un impacto en el Peixe antes de partir hacia los dos clubes más grandes de España. Sin embargo, ninguno de los dos puede competir con el verdadero rey de Vila Belmiro: Pelé.

Con más de 650 partidos para el club, Pelé promedió nada menos que un gol por partido antes de partir en su última etapa a jugar en el Cosmos de Nueva York en 1975.

Para cualquier niño que ingrese en la cantera del Santos, Pelé es, y con toda probabilidad siempre será, el ídolo por excelencia.Y a pesar de las comparaciones con dos figuras mucho más contemporáneas, para Rodrygo el sueño de parecerse al mejor de Brasil siempre estuvo presente.

"Ellos [Pelé, Neymar y Robinho] representan mucho para mí. Neymar fue el que más seguí, pero tuve la oportunidad de conocer a los tres. Incluso antes de venir a Madrid, fui a la casa de Pelé y recibí su bendición antes de partir. Recuerdo una frase que me dijo Pelé:" Nunca tengas miedo de nada”. Siempre llevaré esta frase conmigo, ya sea aquí, en la selección brasileña, donde sea que esté. Me dijo que no tuviera miedo a nada, que jugara mi juego, que jugara al fútbol y que no tuviera miedo a nada en mi vida. Eso ha sido fundamental para mí, especialmente en mi inicio aquí en el Real Madrid”, desvela.

“Robinho, en las pocas veces que coincidimos, fue súper amable conmigo, una persona súper amable, tal como se ve en la televisión, y es aún mejor fuera del campo. Todavía mantengo amistad con Neymar. Significan mucho para mí. Son ídolos para mí”, añade sobre su relación con Robinho y Neymar.

“Vi a Pelé jugar un poco [en vídeo], pero, según todo lo que dicen, es el mejor de la historia, por lo que es un ídolo. Neymar es mi mayor ídolo. Y Robinho también, por todo lo que hizo en Santos y también en el Real Madrid”, sentencia.

A la edad de 16 años y 300 días, Rodrygo seguiría los pasos de sus ídolos debutando en el Santos, saliendo del banquillo en la victoria por 3-1 en la Serie A sobre el Atlético Mineiro.

Poco más de dos semanas después de cumplir 17 años, anotó su primer gol, el de la victoria en el último minuto contra Ponte Preta. Santos tenía su nueva estrella.

"Santos es mi vida. Es el club que me recibió cuando tenía 10 años, me dio todo hasta los 18 años, y solo puedo estar agradecido al Santos. Es el club que siempre estará en mi corazón, no solo porque soy aficionado, sino por todo lo que ha hecho por mí y por toda mi familia, por todo el apoyo que me ha brindado”, dice Rodrygo sobre el club de su infancia.

“Vila Belmiro significa mucho para mí. Siempre soñé con poder jugar allí, con poder entrar a ese estadio. Después de lograr el sueño de debutar como profesional en Vila Belmiro, fue realmente un sueño hecho realidad, uno de los días más felices de mi vida. Vila representa un sueño y pude jugar mucho allí”, añade recordando su debut.

Aunque Rodrygo no duró tanto en Santos como otras superestrellas que le precedieron, tuvo un gran impacto. Tiene el récord en la Copa Libertadores como el jugador más joven del club en debutar y el goleador más joven de Brasil en la competición. Jugó solo 41 partido de la Serie A para el club antes de que el Madrid lo fichara y acabó su carrera en el club usando el 11 en la espalda como homenaje a Neymar. Incluso con la fama y la fortuna, los niños rara vez olvidan a sus héroes.

Después de su debut en el Madrid, Rodrygo pasó los primeros generando más titulares.

En primera titularidad en La Liga marcó su segundo gol. Fue el preludio de su primera gran noche que pasará a la historia. Fue un miércoles de noviembre. En su segundo partido en la Champions League, el brasileño soló necesitó 375 segundos para marcar dos goles contra el Galatasaray.

Cuando a los Blancos le pitaron un penalti en el minuto 14, llegó su oportunidad para que anotara el hat-trick más rápido en la historia del torneo pero fue Sergio Ramos el que lanzó. Sin embargo, el cuento de hadas se culminó.

Con el partido entrando en el tiempo de descuento y el Madrid 5-0 arriba, cogió el balón a 40 metros de la portería, hizo una pared con Benzema y culminó su hat-trick. Se convirtió en el primer jugador nacido en el siglo XXI en marcar un triplete en la máxima competición de clubes de Europa, así como en el segundo más joven en llevarse a casa el balón del partido.

Acostumbrado a seguir los pasos de las leyendas, las primeras actuaciones de Rodrygo sugirieron que se había ganado a un de los grandes del fútbol mundial, Zidane.

El francés, aclamado por su habilidad para administrar el vestuario para lograr tres títulos consecutivos de la Liga de Campeones, ahora tiene la tarea de construir un equipo capaz de repetir ese éxito.

Pero esos mismos jugadores son dos años mayores y la estrella en esas tres Champions está a 1.500 kilómetros de distancia en Turín.

Rodrygo es solo uno de los muchos jugadores jóvenes que han llegado al Bernabéu en los últimos años para ayudar a Zidane a crear su nueva generación de Galácticos. Y a pesar de que últimamente Rodrygo está contando menos, las señales indican que están en la misma onda.

“Tenemos una muy buena relación, me recibió muy bien aquí. Fui bien recibido y él sabía el momento adecuado para meterme al campo y cómo prepararme para ello. Hoy estoy en buena forma y él tiene mucho que ver con eso. Me ayuda mucho todos los días, me aconseja, me dice dónde necesito mejorar, destaca lo que estoy haciendo bien. Todo este tiempo con él ha sido muy bueno”, revela Rodrygo.

La llegada del joven de 19 años se produjo 12 meses después de la de su compatriota Vinicius Junior, y al dúo se unió Reinier en enero y el ataque del futuro de Zidane comienza a adquirir un sabor a samba.

En total, los tres le han costado a Madrid 126 millones de euros y si bien se les dará tiempo para desarrollarse, se espera que sean capaces de liderar a uno de los clubes más grandes del mundo en el futuro.

"Tenemos el sueño de hacer historia aquí en el Real Madrid y también en la Selección. Nosotros [él y Vinicius] tenemos una muy buena relación. Nos conocimos en Brasil, pero como él es de Río y yo soy de Sao Paulo, había una cierta distancia, por lo que acabamos hablando por Internet y por WhatsApp. Hoy estamos juntos todos los días, nuestra amistad se fortalece cada vez más. Tenemos muchas cosas en común y tenemos sueños que esperamos realizar”.

"¡Creo que quieren establecer un tridente aquí, o un cuarteto brasileño en ataque! A ver, todavía no lo sé”, añade sobre la llegada de Reinier.

El Mundial de 2022 supondrá que se cumplen 20 años desde que la Seleçao levantó por última vez el trofeo más famoso de todos, en las últimas cuatro ediciones sólo una vez alcanzó las semifinales.

La fiesta de presentación de Rodrygo contra el Galatasaray fue seguida rápidamente por su debut con Brasil jugando los últimos 20 minutos en la derrota por 1-0 de ante Argentina en noviembre en un amistoso.

De hecho, el puesto en el equipo para la defender la Copa América en el verano de 2021 está a su alcance si puede seguir mejorando su forma.

“Ese es el gran sueño de todos los niños brasileños, vestir la camiseta de la Selección. Y pude debutar en un derbi contra Argentina. Espero vestir la camiseta de la Selección más a menudo. Seguiré haciendo mi trabajo aquí para ir a la Seleçao con más frecuencia. Realmente es el sueño más grande que se puede hacer realidad para un jugador profesional. Es el sueño de todo niño
llevar esa camiseta algún día y pude hacer mi sueño realidad”, explica sobre la Selección.

“Sé que es una gran responsabilidad, por eso siempre tengo que hacer las cosas bien, las cosas correctas, porque sé que hay personas que se fijan en mí, hay personas que copian lo que hago. Sé que la responsabilidad es enorme”, sentencia sobre la evolución de su carrera.

Rodrygo tiene razón: sabe muy bien el impacto que un héroe puede tener en la carrera de un joven futbolista. Las señales indican que ahora está listo para salir de las sombras de sus propios ídolos y convertirse en una estrella por derecho propio.


Fotografía: Baldesca Samper