Lena Oberdorf:
La joya en el corazón del fútbol alemán


Por Ameé Ruszkai

Pregúntale a Lena Oberdorf cuáles son los tres mejores momentos de su carrera hasta la fecha y te responderá con algunos logros con los que muchos futbolistas no pueden presumir ni cuando cuelgan sus botas.

Ir a una Copa del Mundo es el primero; derrotar a Inglaterra en Wembley frente a cerca de 78 mil espectadores, el segundo; y ganar la Euro Sub-17 con Alemania completa el podio de una jugadora que apenas tiene 18 años.

No son muchos los futbolistas que comienzan sus carreras con tanto éxito, especialmente en el más alto nivel. Pero Lena Oberdorf, la ganadora inaugural del premio NxGn de Goal, no es como la mayoría de los futbolistas.

Cuando fichó para SGS Essen, en el verano europeo de 2018, la única experiencia que la versátil jugadora tenía junto a otras mujeres había sido con los seleccionados juveniles de Alemania. Hasta ese momento, Oberdorf había jugado con hombres en el TSG Sprockhovel, un club de la quinta categoría del fútbol germano.

El suyo es un camino particularmente poco común en el fútbol femenino, pero fue esa experiencia la que aceleró su desarrollo como jugadora, pero también como persona. Y también le permitió causar un impacto en el primer nivel casi de inmediato.

Lena Oberdorf:
La joya en el corazón del fútbol alemán


Por Ameé Ruszkai

Pregúntale a Lena Oberdorf cuáles son los tres mejores momentos de su carrera hasta la fecha y te responderá con algunos logros con los que muchos futbolistas no pueden presumir ni cuando cuelgan sus botas.

Ir a una Copa del Mundo es el primero; derrotar a Inglaterra en Wembley frente a cerca de 78 mil espectadores, el segundo; y ganar la Euro Sub-17 con Alemania completa el podio de una jugadora que apenas tiene 18 años.

No son muchos los futbolistas que comienzan sus carreras con tanto éxito, especialmente en el más alto nivel. Pero Lena Oberdorf, la ganadora inaugural del premio NxGn de Goal, no es como la mayoría de los futbolistas.

Cuando fichó para SGS Essen, en el verano europeo de 2018, la única experiencia que la versátil jugadora tenía junto a otras mujeres había sido con los seleccionados juveniles de Alemania. Hasta ese momento, Oberdorf había jugado con hombres en el TSG Sprockhovel, un club de la quinta categoría del fútbol germano.

El suyo es un camino particularmente poco común en el fútbol femenino, pero fue esa experiencia la que aceleró su desarrollo como jugadora, pero también como persona. Y también le permitió causar un impacto en el primer nivel casi de inmediato.


Ahora, habla con orgullo de sus grandes momentos, feliz de hacer la entrevista con Goal y DAZN en inglés, en lugar de en su alemán nativo. Y cuenta cómo llegó hasta el pináculo de la carrera de un futbolista, una Copa del Mundo, a pesar de ser tan joven que hasta tuvo que rendir exámenes escolares durante el torneo.

“¡Sí, por supuesto!”, contesta entre risas cuando le preguntan si los había aprobado. “Creo que uno era de inglés y otro de deportes. Estaban bien… No muy bien, ¡pero pasé!”. Pero esa no fue la única educación que tuvo en Francia, donde se disputó el certamen.

Además de haber hecho su debut mundialista y de superar a Brigit Prinz -una de las más grandes jugadoras de la historia- como la jugadora alemana más joven en disputar la máxima cita internacional, Oberdorf elige su introducción a la parte mediática del máximo nivel como una de las más grandes experiencias de aprendizaje.

Sin embargo, en la cancha no había ningún indicio de que se tratara de una jugadora que todavía está en etapa de formación: su experiencia en el fútbol masculino la había preparado mental, física y técnicamente para la ocasión.

“Creo que ese fue el factor principal”, dice Oberdorf, y refleja cuánto la ayudaron esas experiencias a convertirse en la jugadora que es actualmente. “Los varones son muy fuertes, muy duros. Su cuerpo es más poderoso que el femenino, creo que fue una buena decisión jugar con ellos el mayor tiempo posible”.

La alemana cuenta una experiencia de cuando era chica: “Estaba con mi padre y mi hermano en el jardín y ellos jugaban al fútbol. Teníamos un perro, el primero que tuve, y destruía todas las pelotas, es uno de los primeros recuerdos que tengo. Yo les decía ‘¡quiero jugar con ustedes!’ y ellos me decían ‘¡no, no, no, haz otra cosa!’”. Y se ríe al recordarlo.

Afortunadamente, su familia la dejaría jugar. Y al poco tiempo la llevaron a un club cerca de su hogar, TuS Enneptal, donde comenzó su camino en el mundo del fútbol. Luego pasaría a Sprockhovel, donde jugaba su hermano Tim, cinco años mayor que ella.

“Mi hermano es mi mayor modelo a seguir. Puedo preguntarle cualquier cosa y, además, jugamos en la misma posición, así que es fácil hablar de fútbol con él”, dice la joven jugadora.

Actualmente, Tim juega para el segundo equipo de Fortuna Dusseldorf, de la Bundesliga. Una ciudad que está a cuarenta minutos de manejo de su hermana: los clubes que ambos eligieron cuando dejaron Sprockhovel los mantuvo cerca de la casa donde crecieron, algo que fue decisivo para Lena.

“Fue una buena decisión porque pude quedarme en casa con mi familia”, explica acerca de la elección de Essen. “Mi familia es muy importante para mí. Me gusta estar con ellos, es importante tener tiempo para compartir juntos”.

“Recibo un montón de mensajes sobre perros: ‘¡Tu perro es tan lindo!’. Lo amo mucho, cada vez que llego a casa se pone como ‘¡sí, volviste!’. Es muy lindo tener un perro en casa”, cuenta.

Pero cuando no está en su casa, Oberdorf está con quienes define como “una segunda familia”, en Essen. “Creo que es el mejor equipo, porque también hacemos cosas juntas fuera del campo”, dice.

“Tengo mucha experiencia en la Frauen-Bundesliga. Me gusta jugar aquí, los entrenadores son muy buenos y entiendo todo. También pienso en los varones, ahí es un poco más poderoso y ruidoso en la cancha, pero me gusta aquí”. Y queda claro que no ha perdido su gran personalidad.

Cuando se sienta en las instalaciones del centro de entrenamiento de Essen para hablar, el resto de sus compañeras llegan para la práctica vespertina y no tiene vergüenza en aclarar, con la lengua sobre la mejilla, que todas esas cámaras están ahí por ella.

Es evidente que, a pesar de su corta edad, Oberdorf ya tiene toda una personalidad dentro del vestuario. Personalidad que tuvo que desarrollar mientras crecía jugando con hombres: según cuenta, “a muchos de los chicos no les gustaba” que ella compitiera a la par suya: “Decían cosas como ‘vuelve a la cocina’, o similares. Pero a mí no me interesa”.

Todo eso la moldeó en una jugadora que no se contiene ni siquiera a la hora de entrenar: “Muchas veces mis compañeras tiene que pedirme que me calme. Pero lo llevo en la sangre, no puedo hacerlo de otra manera”.

TSu transición del fútbol formativo al profesional fue sin sobresaltos. Después de todo, ya había brillado durante todo su paso por los seleccionados juveniles de Alemania y fue nombrada la mejor jugadora del torneo cuando la Mannschaft se consagró en la Euro Sub-17 de 2017.

Con talento en abundancia y sin la necesidad de adaptarse a las demandas físicas del fútbol de mayores, Oberdorf sobresalió de manera instantánea cuando se incorporó a Essen y a los pocos meses fue convocada por la entrenadora del combinado absoluto de su país, Martina Voss-Tecklenburg.


“Estaba en la escuela, en una clase, y vi que mi teléfono decía ‘Martina te llama’”, cuenta Lena, en una historia que sirve para recordar cuán joven todavía es. “Dije, ‘¡m*erda! No puedo atender porque estoy en clase’. La llamé más tarde y me dijo que estaba citada al seleccionado”, relata.

Oberdorf haría su debut en abril, con 17 años y 109 días, ingresando como sustituta en el segundo tiempo de una victoria de Alemania sobre Suecia por 2-1. De esa manera, se convirtió en la octava jugadora más joven en disputar un partido en el seleccionado femenino de Alemania y la primera en los últimos 14 años en hacerlo antes de cumplir 18, tras Celia Sasic.

Casualmente, quien le dio la posibilidad de debutar fue otra de las jugadoras más jóvenes de la historia del combinado germano: Voss-Teckelenburg ganó el primero de sus 125 partidos como futbolista con 16 años y 286 días.

Pocos días después, la entrenadora de 52 años le daría a Oberdorf su primera oportunidad desde el inicio, al ubicarla como mediocampista central en un empate 2-2 frente a Japón. Y un mes más tarde la incluiría en la nómina de 23 convocadas para la Copa del Mundo femenina 2019.

Oberdorf todavía recuerda el descreimiento que sintió al conseguir llegar a la cima del deporte: “Recién me di cuenta cuando realmente estaba ahí. Pensaba: ‘¿es cierto que estoy yendo a una Copa del Mundo?’. Mi familia estaba muy orgullosa, pero me decían: ‘no te estreses, eres muy joven, puedes hacer lo que quieras, vas a conseguir experiencia’”.

Había dudas acerca de cuánto lugar tendría Lena en el equipo, como una de las jugadoras más jóvenes del torneo y la gran sorpresa de la convocatoria alemana. Pero su aparición se dio casi de inmediato, cuando ingresó en el entretiempo del primer partido del torneo, que finalizó en victoria 1-0 sobre China.

Las declaraciones de Voss-Tecklenburg luego de aquel encuentro demostraron cuán lejos está Oberdorf de la mayoría de las jugadoras de su edad: “Con Lena queremos introducir presencia física en el campo. Si podemos lograr eso con nuestra jugadora más joven, eso dice mucho acerca de ella”, explicó.

Al siguiente partido, un triunfo 1-0 sobre España, la juvenil mediocampista fue titular y luego ingresó como sustituta en los dos partidos de fase eliminatoria que disputó Alemania antes de ser sorpresivamente eliminada en cuartos de final por Suecia.

“Luego del Mundial nos sentamos y hablamos mucho acerca de lo que debemos mejorar y de cuáles son nuestras nuevas metas”, explica, con el seleccionado ya enfocado por completo en lograr la clasificación a la Euro 2021. Hasta aquí, Oberdorf fue clave para un equipo que va en busca de ese objetivo.

Habitualmente titular como marcadora central, recientemente anotó sus primeros goles a nivel internacional absoluto en las victorias frente a Ucrania y Grecia. En su club, mientras tanto, esta temporada ha jugado como mediocampista central, como extremo y en el corazón de la defensa.

A mediados de marzo, antes de la suspensión por coronavirus, Essen marchaba cuarto en la Frauen-Bundesliga. Para un equipo semiprofesional, en el que las futbolistas deben trabajar o estudiar además de jugar, es una campaña impresionante. De hecho, el club finalizó en la mitad alta de la tabla de 12 equipos en cada temporada desde 2011 y alcanzó la final de la DFB-Pokal, la Copa de Alemania, en 2014.

La ética de trabajo de Oberdorf se adapta perfectamente al espíritu del club. Un testimonio de su madurez, comprensión del juego y habilidad en general es que sea capaz de equilibrar no sólo el estudio y el deporte al más alto nivel, sino que también pueda adaptarse a cualquier posición que sea necesaria en el campo.

“Creo que es porque, en el pasado, jugué en todos los puestos, ¡hasta en la portería!”, se ríe al explicar por qué se adapta tan fácil a los cambios constantes de posición. “En el equipo de hombres era mediocentro defensiva u ofensiva, ahora estoy en la defensa y no es tan diferente a jugar en el medio”.

“Creo que es una buena razón para jugar en cualquier lado y que lo haré siempre, en la posición que sea más útil para el equipo”. Ese deseo de trabajar por lo colectivo se destaca. A pesar de sus increíbles éxitos individuales, su meta es jugar para el beneficio de quienes la rodean, no de ella misma.

“Me siento muy orgullosa”, dice cuando le entregan el premio NxGn de Goal. “No sabía de su existencia, pero luego me informé en internet y representa una gran motivación para seguir adelante”.

Había dudas acerca de cuánto lugar tendría Lena en el equipo, como una de las jugadoras más jóvenes del torneo y la gran sorpresa de la convocatoria alemana. Pero su aparición se dio casi de inmediato, cuando ingresó en el entretiempo del primer partido del torneo, que finalizó en victoria 1-0 sobre China.

Las declaraciones de Voss-Tecklenburg luego de aquel encuentro demostraron cuán lejos está Oberdorf de la mayoría de las jugadoras de su edad: “Con Lena queremos introducir presencia física en el campo. Si podemos lograr eso con nuestra jugadora más joven, eso dice mucho acerca de ella”, explicó.

Al siguiente partido, un triunfo 1-0 sobre España, la juvenil mediocampista fue titular y luego ingresó como sustituta en los dos partidos de fase eliminatoria que disputó Alemania antes de ser sorpresivamente eliminada en cuartos de final por Suecia.

“Luego del Mundial nos sentamos y hablamos mucho acerca de lo que debemos mejorar y de cuáles son nuestras nuevas metas”, explica, con el seleccionado ya enfocado por completo en lograr la clasificación a la Euro 2021. Hasta aquí, Oberdorf fue clave para un equipo que va en busca de ese objetivo.

Habitualmente titular como marcadora central, recientemente anotó sus primeros goles a nivel internacional absoluto en las victorias frente a Ucrania y Grecia.

En su club, mientras tanto, esta temporada ha jugado como mediocampista central, como extremo y en el corazón de la defensa.

A mediados de marzo, antes de la suspensión por coronavirus, Essen marchaba cuarto en la Frauen-Bundesliga. Para un equipo semiprofesional, en el que las futbolistas deben trabajar o estudiar además de jugar, es una campaña impresionante.

De hecho, el club finalizó en la mitad alta de la tabla de 12 equipos en cada temporada desde 2011 y alcanzó la final de la DFB-Pokal, la Copa de Alemania, en 2014.

La ética de trabajo de Oberdorf se adapta perfectamente al espíritu del club. Un testimonio de su madurez, comprensión del juego y habilidad en general es que sea capaz de equilibrar no sólo el estudio y el deporte al más alto nivel, sino que también pueda adaptarse a cualquier posición que sea necesaria en el campo.

“Creo que es porque, en el pasado, jugué en todos los puestos, ¡hasta en la portería!”, se ríe al explicar por qué se adapta tan fácil a los cambios constantes de posición. “En el equipo de hombres era mediocentro defensiva u ofensiva, ahora estoy en la defensa y no es tan diferente a jugar en el medio”.

“Creo que es una buena razón para jugar en cualquier lado y que lo haré siempre, en la posición que sea más útil para el equipo”. Ese deseo de trabajar por lo colectivo se destaca. A pesar de sus increíbles éxitos individuales, su meta es jugar para el beneficio de quienes la rodean, no de ella misma.

“Me siento muy orgullosa”, dice cuando le entregan el premio NxGn de Goal. “No sabía de su existencia, pero luego me informé en internet y representa una gran motivación para seguir adelante”.

Si conduces 30 minutos al este de Essen, te encontrarás en la casa del ganador del NxGn masculino del año pasado, el jugador de Borussia Dormund Jadon Sancho. Oberdorf, una fanática de Schalke desde pequeña, podría no estar muy contenta de escuchar sobre él y sus recientes éxitos.

Pero los logros de Sancho desde que llegó a Alemania han puesto sobre la mesa lo bueno que es el país para los jóvenes jugadores que quieren probarse a sí mismos. En el último tiempo se produjo un importante aumento en la cantidad de juveniles británicos que partieron a la Bundesliga en busca de emular la historia del extremo del Dortmund.

En ese sentido, Oberdorf admite que hay muchos grandes clubes en su país que confían cada vez más en los talentos jóvenes: “Creo que Alemania es un buen lugar, pero eso no es tan importante. Lo que realmente importa es el club. Si tú juegas en Bayern Munich o Wolfsburgo, por ejemplo, tienes una mentalidad diferente que si lo haces en Oberdorf, porque no somos las favoritas. Tenemos que luchar”.

Oberdorf tiene apenas 18 años, pero ya se probó con éxito en el más alto nivel. Y aunque ya fue coronada por Goal como la mejor futbolista joven del mundo, su deseo de seguir luchando y mejorando no se detiene.

Junto a su talento, es ese deseo el que la vuelve una jugadora destinada a la grandeza.


Fotografía: Michael Gehrmann