Fue sólo al final de la primera parte cuando el equipo merengue empezó a templar el encuentro y hacerlo suyo. Aunque sin excesiva profundidad. De hecho, el primer remate a puerta llegó rondando los cuarenta minutos de juego. Eso sí, poco después Marcos Llorente avisaba con un chutazo al larguero que una vez con las llaves del encuentro en la mano, no estaban dispuestos a entregarlas.
De hecho, la segunda mitad fue ya un monólogo blanco. La efusividad y energías del Fuenlabrada sucumbieron ante el talento merengue, que con más espacios, rondaba la puerta de Codina con mucha mayor asiduidad. De ahí el 0-1, fruto de una jugada que acabó en penalti (muy reclamado por los locales) transformado por Marco Asensio. Sin los Cristiano, Benzema y Ramos sobre el campo, el mallorquín fue el que asumió los galones desde los once metros. No perdonó. Codina, que completó un soberbio partido, no pudo hacer gran cosa por evitar el tanto.
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Es más, si no llega a ser por el meta local, la eliminatoria hubiera quedado liquidada mucho antes del final de este partido de ida. Y es que tuvo varios paradones de mérito ante Mayoral. De ésos de póster. Eso sí, una sola persona es imposible que detenga a toda una legión. Ni siquiera Leónidas, Luke Skywalker o William Wallace fueron capaces… y Codina no iba a ser la excepción. Curiosamente, el 0-2 que prácticamente apuntilla la eliminatoria llegó también de penalti, transformado por Lucas Vázquez. Una lástima para los sueños del Fuenlabrada, que estaba aguantando en pie como podía. Pero una victoria justa al fin y al cabo, visto el dominio blanco. Sólo la postrera expulsión de Jesús Vallejo empañó el trámite madridista.