Casualidades de la vida, lo cierto es que Zinedine Zidane tiene la oportunidad de consagrarse (una vez más… y van unas cuantas) ante el Villarreal, el mismo equipo ante el que se jubiló en el estadio madridista como futbolista.
El Real Madrid tiene las cuentas claras y sabe que está a solo una victoria (o dos empates) de alzarse con el título, pero no querrán jugárselo a una carta en la última jornada o depender de resultados de terceros (si pincha el Barça ante Osasuna en esa jornada 37 también será campeón) y poder celebrar sobre el estadio Alfredo Di Stéfano el título de Liga.
Han pasado 5.184 días desde aquel 7 de mayo de 2006 en el que Real Madrid y Villarreal empataron a tres goles en un partido loco donde Zidane marcó de cabecea y fue ovacionado por el Bernabéu en sus últimas genialidades sobre el césped blanco. Curiosamente de aquel partido quedan dos jugadores más en las plantillas actuales y que compartieron partido sobre el césped con Zizou. Ramos fue titular y acabó expulsado y Mariano Barbosa era el portero del Submarino (como ahora), si bien en esta ocasión no podrá jugar por estar sancionado.
Cierto es que luego Zidane jugó ante el Sevilla en el Sánchez-Pizjuán la última jornada (también marcó) y es por todos conocido que definitivamente colgó las botas tras el Mundial de Alemania en aquella final donde fue expulsado frente a Italia que le arrebató la Copa.
Su balance ante el Villarreal como entrenador es positivo y solo ha perdido una vez en Liga en los siete duelos (tres victorias y tres empates), pero también, cosas del azar, esa derrota se produjo en 2018 con Calleja como entrenador del Submarino y fue el preludio del adiós de Zidane al Madrid, eso sí, tras ganar meses más un gran título como la Champions League. ¿Preludio de nuevo?
