
OPINIÓN
El Valencia CF ha puesto el rodillo en marcha para intentar blanquear la imagen del indigno presidente que cumple en Valencia los recados de su jefe, el máximo accionista del club, Peter Lim, y lo ha hecho publicando una autoentrevista al susodicho en los medios oficiales del club. Una autoentrevista guionizada y lógicamente sin posibilidad de réplica. Lo sorprendente de esa autoentrevista en la que se amontonan las peores mentiras, que son las medias verdades, se vuelve a incidir desde la propiedad en el discurso, que algunos inocentes quieren creer, de que todas las críticas que llegan en los últimos meses son fruto de una orquestada campaña de desprestigio contra el adorado Lim. Y que quieren que les cuente, me parece que la campaña de desprestigio se la está haciendo el propio Lim con la inestimable ayuda del torpe Anil.Los dos últimos meses han sido un sinsentido dentro del club y nadie en el mundo del fútbol entiende bien que es lo que quiere Peter Lim del Valencia CF. Puede que Lim crea que todo es una campaña en su contra, pero realmente es difícil hacerte peor propaganda hacia el mundo que arrinconar y dejar sin cargo al ejecutivo que ha reflotado y puesto en la élite de nuevo a un club al que empezaba a ser complicado traer jugadores de medio pelo incluso cedidos. Eso es lo que ha hecho Lim con Alemany.
Resulta muy difícil generarse peor imagen como empresario que despedir a un empleado al que contratas con un objetivo determinado y, ese empleado te mejora el objetivo indicado el primer año y te lo supera con creces en el segundo año. Como premio a ese conseguir objetivos por encima de lo que le habías marcado, tu a ese empleado lo echas a la calle sin rubor y por la espalda contratándole un sustituto sin que él sepa nada. Eso es lo que ha hecho Lim con Marcelino. Y sí, ya sé que algunos encuentran una súper afrenta todo lo que dijo Marcelino sobre el asiático, pero es que yo entiendo que Marcelino lo que buscaba era tener un equipo lo mejor posible y eso es lo que hacen todos los buenos entrenadores del mundo. Me parece alucinante como se sorprende el personal en Valencia de que un entrenador exija a sus jefes. Deberían recordar lo que dijo Benítez sobre una lámpara y un sofá.
Sigo con la campaña de desprestigio que el propio Lim está haciéndose a él mismo, porque el asiático contrató a un scouting especialista en captar talento juvenil y después de cerrar seis o siete fichajes de futuro interesante, lo apartas porque resulta que es amigo del empleado que te cae mal y que pese a que supera los objetivos que le marcas le has puesto la cruz. Eso es lo que ha hecho Peter Lim con Pablo Longoria. Si todo eso ya es una campaña bastante poderosa en contra del señor Lim, la traca final me parece que el multimillonario mantenga al frente de una empresa en la que ha hecho una inversión de 200 millones de euros a un pirómano que no se le ocurre otra cosa que mandar callar a lo más sagrado que tiene esa empresa, su gente.
Esto último sólo lo entiendo pensando que a Lim le empieza a resbalar absolutamente todo lo que ocurra en Valencia y por ello ha dejado a Anil que haga y deshaga a su antojo a la espera de que en algún momento alguien le pague por sus acciones una cantidad que le contente y venda. Si no, si realmente Lim tiene interés en cuidar su inversión, ya no digo en hacer un club serio, que eso tengo claro que no le importa lo más mínimo y por ello mantiene a Anil como cabeza visible, es inentendible la campaña de publicidad negativa que el asiático ha proyectado él mismo con sus decisiones al mundo del fútbol en los últimos meses. Porque no se equivoquen, por mucho que los periodistas locales podamos contar o decir, al final lo que quedan son los hechos y los hechos hablan por sí solos. Es imposible que Anil pueda cambiar esos hechos por muchos whatsapp que le envíe a los periodistas, pocos, que ahora mismo están dispuestos a comprar sus mentiras a cambio de que les regalen dos informaciones sobre fichajes en un par de meses y unas promociones de medio pelo que por desgracia cada vez compran menos. El honor no se compra, el cariño del valencianismo tampoco y Meriton ya ha tenido tiempo más que de sobra para demostrar que no les hace falta ninguna campaña en su contra para demostrar que ni saben gestionar, ni quieren aprender, ni tienen intención de cumplir ninguna de sus promesas iniciales.


