La única buena noticia que se llevó Boca de Parque de los Patricios fue el regreso de su capitán. En un partido flojísimo del Xeneize, que apenas empató 0-0 frente a un Huracán que por momentos lo superó, Fernando Gago volvió a jugar un partido completo después de más de 10 meses y, con poco, le alcanzó para ser uno de los puntos más altos del equipo de Guillermo Barros Schelotto.
Después de recuperarse de la rotura de ligamentos que sufrió jugando para la Selección argentina en octubre de 2017, el capitán azul y oro había regresado a fines del semestre anterior (jugó 70 minutos contra el Globo en la última fecha de la Superliga pasada y un puñado de minutos contra Alianza Lima en el cierre de la fase de grupos de la Copa Libertadores), pero un desgarro que sufrió durante la pretemporada en Estados Unidos volvió a alejarlo de las canchas, hasta que en el Tomás Ducó pudo volver a jugar desde el arranque.
Recostado a la derecha del mediocampo, al costado de Wilmar Barrios, Gago intentó ser el dueño del primer pase en el conjunto de Mellizo. Y por momentos lo logró: fue el jugador de Boca que más entró en contacto con la pelota durante el encuentro y el que más pases dio. Sin embargo, su actuación quedó algo diluida por el bajísimo nivel general del equipo, que prácticamente no generó situaciones de riesgo durante todo el partido.
